Efe/Europa Press, Roma

El presidente del Senado, Franco Marini, presentó ayer al Jefe del Estado, Giorgio Napolitano, su renuncia al mandato de formar Gobierno al no haber encontrado consenso entre las fuerzas políticas para cambiar la ley electoral. Ahora Napolitano tendrá que decidir si disolver las Cámaras y convocar elecciones anticipadas (la legislatura terminaba 2011), que parece lo más probable, o intentar una nueva mediación con los partidos políticos.

Según los medios italianos, Napolitano no tiene otra opción, debido a la manifestada división política, de convocar elecciones, que probablemente se celebrarán el 6 ó el 13 de abril. Marini explicó que, a pesar de que la mayor parte de las fuerzas políticas con las que se ha entrevistado son partidarias a cambiar la ley electoral, no existe "una significativa mayoría sobre cómo puede ser el nuevo sistema de voto que adoptar".

El pasado 30 de enero, Napolitano encargó a Marini que explorase si los partidos estaban dispuestos a apoyar un Gobierno transitorio que cambiase la ley electoral antes de ir a las urnas, como salida a la crisis abierta tras la dimisión del primer ministro, Romano Prodi.

Entre 10 y 16 puntos de ventaja

Durante estos días, Marini ha escuchado a todas las fuerzas políticas, -excepto a la ultraderechista y federalista Liga Norte que se negó a acudir a las consultas- a los representantes sindicales y empresariales.

Desde las primeras consultas, se vio que la misión de Marini era imposible. La mayoría del centroizquierda se mostró partidaria de un Gobierno interino para cambiar la ley electoral, mientras el ex primer ministro y líder de Forza Italia, Silvio Berlusconi, que aseguró que según los sondeos su coalición cuenta con entre 10 y 16 puntos de ventaja, expresó ayer a Marini que está dispuesto a dialogar sobre reformas, pero "sólo después de las elecciones".