­Más de un millón de musulmanes que viven en España celebran desde el 22 de agosto el Ramadán, un periodo de ayuno en el que dejar de comer (en las horas de sol) es una acción más dentro de un tiempo de oración y encuentro con uno mismo que se repite cada año en el noveno mes del calendario musulmán (se rige por la luna). Es una época en la que los musulmanes recuerdan el momento en el que el Corán comenzó a ser revelado al profeta Mahoma y practican con fe uno de los cinco pilares del islam: El ayuno total y la abstinencia sexual desde el alba hasta el ocaso durante 30 días.

Pero también es un periodo en el que los menores, deseosos de conocer el Corán, recorren las calles para pedir dinero. Organizaciones como Unicef o Save The Children muestran su preocupación por los niños talibés, —joven de entre 3 y 23 años, que aprende el Corán con un maestro, el marabout— término que ya es casi sinónimo de «menor de la calle». Según describen desde Save The Children, son menores, generalmente de las zonas rurales más pobres, que «viven bajo la tutela de un maestro, que les enseña el Corán y les ofrece alojamiento y manutención».

Según explican, al principio estudiaban en una escuela coránica dirigida por un marabout pero, en la actualidad, los pequeños van a la ciudad para estudiar y son obligados a «salir dos veces al día —después del estudio— a la calle para pedir dinero».

Según un informe de la ONG Village Pilote, deben entregar a su mentor 400 CFA al día (60 céntimos de euro). Save The Children explica que esta mendicidad «coloca a los niños talibés en una situación de desprotección, precariedad y explotación», denuncia que corrobora Unicef: «Hay una violación de los derechos del niño».

Según un informe de Unicef (de 2004), hay más de 100.000 niños en Senegal que piden dinero para satisfacer la cuota establecida por sus marabouts.

Por lo que respecta a Save The Children, en Nouakchott (Mauritania) lleva a cabo un programa que «pretende actuar frente a la violación de derechos —a no ser explotado económicamente y a la educación— que sufren los talibés de entre 6 y 18 años de etnia Peul, de origen rural, a los que sus familias envían a la capital Nouakchott, a escuelas coránicas gestionadas por marabouts». El trabajo de campo es complicado porque «partimos de concepciones muy diferentes y algunos marabouts rechazan nuestra colaboración», comentan.

Asimismo, desde Unicef, se deja constancia que «la problemática no es una cuestión religiosa y sí un asunto relacionado con la dignidad de los niños» y matiza que esa mendicidad «se da todo el año, no sólo en el Ramadán».

La salud durante el mes sagrado

Los procesos migratorios han permitido que en los países de acogida haya un grupo numeroso de musulmanes —en la Comunitat Valenciana hay 130.000— que lleva a cabo esta práctica pero también que los médicos muestren su preocupación por aquellos religiosos que sufren de hipertensión, tienen problemas cardíacos o son diabéticos. Este colectivo no está extento de realizar el ayuno (sólo lo están las mujeres embarazadas y los enfermos). En España, hay más de 100.000 musulmanes diabéticos, para los que controlar su enfermedad durante el Ramadán es todo un reto (especialmente este año, que las horas de sol son más largas).

Es por ello que el Grupo de Estudio de la Diabetes en Atención Primaria de la Salud (Gedaps) ha distribuido, a través de Laboratorios Servier, un kit informativo a los médicos de Atención Primaria y Especialistas (endocrinólogos, internistas, cardiólogos).

El material desarrollado por la Red Gedaps ha sido acreditado por el Ministerio de Sanidad y Política Social e informa sobre el Ramadán y los cambios que hay que hacer en los tratamientos antidiabéticos de cara a la celebración del mismo para seguir controlando la glucemia adecuadamente y evitar complicaciones.

Según el estudio Epidiar, realizado a miles de diabéticos musulmanes que cumplían con la abstinencia en el Ramadán, los principales riesgos que presentan son hipoglucemia, hiperglucemia, cetoacidosis diabética, deshidratación, lipotimias, y trombosis. Como recomendaciones el informe afirma que durante el periodo de ayuno, los pacientes deben monitorizarse frecuentemente la glucemia e ingerir alimentos ricos en fibra y con índice glucémico bajo, tanto en el Suhur (primera comida del día) como en el Iftar (al atardecer).