Un arranque de locura de José Luis Morales, un jugador con duende que cree en imposibles, decantó un derbi intenso entre Levante UD y Valencia, resumido en un intercambio de golpes que acabó inclinado del lado levantinista, más efectivo. Orriols domina por tercer año un duelo que confirma el crecimiento «granota» y el freno de los de Nuno, que ayer pecaron de inocencia.

El Valencia salió dispuesto a tomar el protagonismo, en la línea de sus arranques impetuosos de partido. Dominó con placidez los primeros veinte minutos, rebasando con facilidad el doble pivote azulgrana y percutiendo por las bandas, generadoras constantes de llegadas. En varias ocasiones a los de Nuno sólo les faltó poner la puntilla. A Negredo se le buscó con asiduidad con centros laterales que buscaban su cabeza, pero las mejores oportunidades de los visitantes llegaron cuando el delantero vallecano se ofreció como asistente, con dos pases atrás al punto de penalti. En el primero nadie leyó su asistencia; en el segundo, después de que Carles Gil no llegara por muy poco a un calculado envío raso de Rodrigo, el balón le cayó muy franco, pero en la derecha, a Gayà, que remató alto.

El Valencia abusaba de los centros, con poco tino desde la derecha. El Levante UD aguantó la embestida y logró crecer, a partir de faltas colgadas por Ivanschitz y pérdidas en la medular de Carles Gil y André Gomes, a quien Diop robó una pelota que acabó en remate de Casadesús, desvía con la espalda, en una acción poco ortodoxa en la que se prodiga habitualmente, de Otamendi. La siguiente aproximación «granota» se originó con una pelota ganada por Iván López, cuyo centro fue cabeceado muy blando por Barral.

El duelo se endurecía a medida que Vicandi Garrido elevaba el listón de las tarjetas. La controversia aumentó con el posible derribo de Vyntra a Negredo en la última acción de la primera parte. En la segunda mitad el Levante UD, obsequió al Valencia con una furiosa colección de golpes, en plena lluvia. Los dos primeros los desbarató con reflejos Alves. En el tercer intento el enrachado Casadesús ganó el salto a un confiado Mustafi y marcó de cabeza. Parecía que el tanto iba a pesar en el desenlace. Sin embargo, en realidad el derbi iba a entrar en ebullición. Nuno retocó piezas con Parejo y Feghouli sin cambiar de sistema, colocando a Javi Fuego de central. Alcaraz, sabedor que habría oportunidad de contragolpes, introdujo a Morales. El Valencia empató en una gran combinación entre Negredo y Parejo. Los blanquinegros saboreaban la igualada cuando, segundos después, Morales se marcaba un eslalom definido con un gran zurdazo a la escuadra larga de Alves. Un golazo de bandera. El Valencia reaccionó, el Levante UD resistía y arañaba segundos al crono. Negredo y De Paul tuvieron el empate, el resultado más justo, en dos ocasiones cristalinas, pero la suerte y los puntos se quedaron en Orriols.