Lucas Alcaraz ha tenido que tirar esta semana de las artes de psicólogo que se le atribuyen a todo entrenador. El técnico azulgrana ha pedido a sus jugadores que «limpien» de su cabeza todo recuerdo del derbi contra el Valencia para centrar las energías en el duelo ante el Espanyol de esta noche en el Ciutat de València: «El resultado de los partidos va cambiando las sensaciones y necesidades. Hay que centrarse en este partido, hay que limpiar la cabeza, que yo creo que ya lo hemos hecho, preparar bien el partido e intentar sacar el resultado», indicó en la rueda de prensa previa al último entrenamiento del equipo.

El técnico granadino descartó realizar una lectura catastrofista de la contundente derrota en Mestalla. Como ya hiciera tras el duelo, recordó que les faltó una dosis mayor de acierto en las dos áreas: «Creo que el equipo tuvo fases, en el cómputo global te deja mala sensación por el resultado pero el equipo empezó bien. Hay que recuperarse de un partido que no fue muy completo», apostilló. Alcaraz espera a un Espanyol sin agobios, en la parte media y «con la tranquilidad de estar en la zona que no le genera urgencias ni por arriba ni por abajo». Fiel a su cautela, Alcaraz no realizó pronósticos sobre los puntos necesarios que hacen falta para salvarse: «Hay muchos equipos de abajo que juegan contra equipos de la zona templada que ni fu ni fa, hay enfrentamientos directos. Hace dos años se salvó un equipo con 37 puntos, pero es difícil saberlo ahora mismo», resumió.

Además, Alcaraz también fue preguntado por el comportamiento de los capitanes David Navarro y Juanfran García y, pese a tener un papel secundario en el terreno de juego, el preparador andaluz destacó el trabajo diario de los dos futbolistas y subrayó que su «actitud y humor no varía». De hecho, Juanfran podría volver hoy a la titularidad tras su sanción en Mestalla y Navarro regresa a la convocatoria tras un par de jornadas ausente: «Son dos jugadores importantísimos, con mucho peso específico, importantes cuando están jugando y mucho más importantes fuera del once porque no es fácil que jugadores acostumbrados a la titularidad cojan ese rol de jugadores importantes en la caseta, que apoyan a los compañeros».