El expropietario del Zaragoza, Agapito Iglesias, tiene motivos para estar preocupado. Cada semana está más solo en la causa abierta por el supuesto amaño del partido que su equipo jugó ante el Levante UD en mayo de 2011, en la que es el principal imputado junto a más de cuarenta personas, entre exfutbolistas de ambos equipos y exconsejeros del club aragonés. Los exjugadores del conjunto maño Jorge López y Gabi, este último actual capitán del Atlético de Madrid, contradijeron ayer la versión del empresario, que en marzo había asegurado en la misma sala que transfirió cerca de 900.000 euros a la plantilla en concepto de «prima por adelantado» por conseguir la permanencia en Primera. Los dos futbolistas reconocieron ante la juez que recibieron un ingreso de 90.000 y 85.000 euros, respectivamente, por parte del club días antes de aquel partido. Pero aclararon que formaba parte de una operación ideada por su presidente para justificar unos gastos que el club no podía permitirse.

Las declaración de Gabi fue especialmente larga e intensa. Había motivos, después de que fuese señalado desde el principio, por la Fiscalía Anticorrupción, como el enlace del Zaragoza para pagar a los jugadores del Levante UD para que se dejasen perder, como así ocurrió (1-2). Tanto este como Jorge López trataron de explicar el motivo por el que el dinero permaneció tan solo unos días en sus cuentas. Agapito se lo habría reclamado, afirmaron, para sufragar el viaje de los miles aficionados que se trasladaron a Valencia, que incluiría el traslado en autobús y la intendencia. Esa mecánica de ingresar el dinero en las cuentas de los futbolistas y después pedir la devolución tiene la siguiente explicación, según Gabi: el entonces máximo accionista del Zaragoza no podía pagar directamente los gastos de los seguidores porque las cuentas del club estaban al límite, prácticamente al borde de la quiebra. Gabi y Jorge López dieron más detalles que alimentan la inverosimilitud de la historia: sacaron el dinero y se lo entregaron al presidente, en un sobre, en una cafetería. Negaron, como ya hicieron otros compañeros en anteriores declaraciones, que fuese utilizado para pagar a la plantilla del Levante UD. Ambos añadieron, además, que la misma operación se repitió con más futbolistas. La historia tiene sus semejanzas con la contada por el entonces entrenador del Zaragoza, Javier Aguirre. Este reconoció también un ingreso, pero al no saber el motivo del mismo, dijo, lo devolvió en efectivo «en un sobre».

Gabi quiso dejar claro que el cobro que recibieron por transferencia nunca correspondió a una prima, porque ese pago se realizó por otros cauces. Ese dinero, aseguró, se abonaba semanalmente en las cuentas de los futbolistas, tal como había sido pactado con el club en un documento antes del comienzo de la temporada. «Eran mil euros por punto sumado», detalló.

Gabi y Jorge López fueron los dos jugadores que cerraron la cuarta jornada de declaraciones, que abrieron los exlevantinistas Manolo Reina, Miquel Robusté, Jefferson Montero, Javi Venta y Miguel Pallardó. No asistió, como estaba previsto, el ahora delantero del Espanyol Felipe Caicedo. Adujo una lesión que le obligó a quedarse en Barcelona y a aplazar, por tanto, su declaración.

Está previsto que mañana se cierre la primera ronda de declaraciones con la presencia, entre otros, de Sergio Ballesteros, capitán del equipo «granota» en aquel momento, y Juanfran García, actual capitán del equipo. entre otros.

El interrogatorio de Ballesteros es uno de los más esperados, teniendo en cuenta que en su exposición ante la Fiscalía quedaron algunos cabos sueltos, como el ingreso que realizó en su cuenta después del partido. Dijo, entonces, que provenía del acuerdo de su divorcio.