El alegre «hooola» con el que Robert Sarver, dueño de los Phoenix Suns de la NBA, saludó ayer a los presentes a la entrada del hotel Westin reflejaba el optimismo con el que el norteamericano entraba a la reunión más transcendente, hasta la fecha, de la historia del club «granota». Dentro le esperaban los 33 patronos de la Fundación Cent Anys, dueña del 70 por ciento de la entidad «granota». Y su comisión negociadora, formada por cinco patronos, ya tenía su veredicto: un «sí» a la venta del club al magnate americano.

Con la decisión tomada, falta un paso decisivo. Será el martes cuando los patronos se reunirán para confirmar, o anular, el traspaso de la propiedad del club de fútbol decano de la ciudad de Valencia al empresario estadounidense, que pocas veces borra la sonrisa de su cara. Dos tercios de los miembros de la Fundación —22 de los 33— deberán ratificarlo. Si la respuesta es un «sí», entonces será el momento de convocar una Junta Extraordinaria de Accionistas, la última parada de un tren que avanza imparable.

Sarver se presentó a la reunión de ayer con el trabajo muy adelantado. Ya están pactados muchos puntos. Por ejemplo, que pagará 5 millones de euros por la mayoría accionarial (el 70 por ciento del total), lo que significa que cada título se ha valorado en 80 euros, por encima de su precio nominal (67 euros). El propietario de los Suns, una franquicia de mucho recorrido en la NBA, también se ha comprometido a liquidar la deuda de la entidad, estimada en 51 millones de euros. Pagaría 20 en líquido y realizaría una ampliación de capital de los 31 restantes. Tanto la Fundación —que debe 5 millones a los bancos avalados por el Ayuntamiento de Valencia—como el club purgarían sus cuentas.

Sarver, que llevaba 5 días en Valencia antes de la reunión de ayer, ha aceptado las condiciones de la Fundación: respetar la simbología del club. El futuro propietario no podrá cambiar ni el escudo, ni los colores del equipo ni la ubicación del equipo. El patrimonio (estadio Ciutat de València y Ciudad Deportiva de Buñol) seguiría siendo propiedad del Patronato, aunque la explotación financiera pasaría a Sarver, como es lógico. Hay un compromiso, además, por el que durante 5 años no se puede vender el Levante UD. La Fundación tendría un derecho de tanteo en caso de aparecer una oferta en los próximos 10 años. A partir de ahí, el norteamericano podría traspasar la propiedad al que considerara mejor para sus intereses. Además, Sarver respeta la continuidad de Quico Catalán en la presidencia, así como la de todos los empleados de la entidad.