Era la hora del almuerzo en Arizona cuando Robert Sarver encajaba con resignación la negativa de la Fundación del Levante UD a aceptar su propuesta de compra del club. Un «no» que ya se temía en las últimas horas, previas a la reunión de ayer en el Ciutat de València, y que atribuye a un supuesto cambio de parecer del presidente de la entidad levantinista, Quico Catalán, único miembro de la comisión negociadora que votó en contra, y que, según el banquero de Tucson, habría arrastrado con él a otros patronos: «Respeto el derecho del presidente del club a cambiar de opinión, al igual que otros patronos. A fin de cuentas es su opinión y nuestro deseo era trabajar con él, no contra él», aseguró Sarver en declaraciones a Levante-EMV.

La votación, a mano alzada, arrojó un recuento en el que el «sí» no alcanzó los dos tercios mínimos para aprobar el traspaso del club, con 14 votos afirmativos, 13 en contra y dos abstenciones. Un total de 26 patronos estuvieron presentes, tres delegaron su voto y cuatro (Ayuntamiento, Generalitat, Diputación y Feria Valencia) no se presentaron.

Preguntado por las razones que habrían llevado a Catalán a decantarse finalmente por la negativa, Sarver afirmó que «tenéis que preguntárselo a Quico», del que insistió que «ha cambiado su opinión en los últimos días y haya convencido a otros para que le siguieran», proseguía el dueño de los Phoenix Suns en su conversación con este periódico. Por último, Sarver, que no desvelaba si intentará adquirir algún otro club europeo, confesó que «es una lástima» que la votación no prosperara «porque resolvíamos muchos de sus problemas sin tener impactos negativos».

Varios patronos consultados coincidían con Sarver, al señalar que la opinión final de Catalán sería clave para orientar el sentido del voto, en un buen porcentaje, de la Fundación, por la buena consideración de su gestión. El presidente habló claro y señaló que votó en contra de la venta porque «en un club de fútbol no sólo son billetes, esto no es una empresa de tornillos». «El Levante UD no se puede vender por miedo al descenso, eso es de cobardes, y yo no soy un cobarde. El dinero no me da la tranquilidad», añadía en la rueda de prensa posterior a la reunión del Patronato.

El máximo dirigente apeló a la idiosincrasia de la entidad y a otros «intangibles» para defender su posicionamiento: «Somos diferentes. No me he visto siendo presidente vendiendo el Levante UD. La oferta económica y de futuro podía ser buena, pero han votado los levantinistas. Hemos entendido que no era el momento del cambio».

En todo momento Catalán tuvo buenas palabras para Sarver, su oferta de 56 millones de euros y sus intenciones, y descartó que hubiera «nada raro» en el inversor norteamericano, pero sostuvo que simplemente «no era el momento de vender». «He votado que no, ya lo había decidido mi voto con anterioridad y así lo había comunicado al presidente de la Fundación. No hay nada raro, creo que puede ser una buena oferta, pero tienes que tomar una decisión de este calado y a mí me enseñaron otro Levante UD». «El club está en manos de gente que lo quiere, valenciana, después de 106 años de historia. Lo más sencillo era votar que sí. He actuado en conciencia y bajo unos criterios. Voy a dormir muy tranquilo y en paz. El Levante UD ha ganado, el Levante somos todos», manifestó en la comparecencia conjunta con José Manuel Fuertes, presidente de la Fundación. «Pasara lo que pasara, iba a ganar el Levante UD. Este club tenía muchas cosas que decir. Yo estoy con las pilas muy cargadas para seguir con este proyecto en el que llevamos 6 años. Era una oferta muy seria, con muchas garantías, y tenía todo, pero ese todo no ha sido suficiente. Nosotros mismos podemos, con todo el levantinismo de base», detallaba el presidente.

Por último, Catalán no cree que la expectativa generada por Sarver vaya a añadirle ahora más presión a su cargo, y enumeró los logros y la recuperación económica alcanzadas por el club en contraposición a otros clubes con «gestiones también modélicas, o con altos presupuestos o con una gran masa social» que no pudieron escapar en su día del descenso a Segunda.