¿Qué nombre se le puede poner a lo que está sucediendo en el Levante UD? Porque desde fuera parece una lucha de poder sin cuartel.
No sabría cómo calificarlo, pero no es una lucha de poder. Aquí ha habido un proceso que ha llegado hasta el último momento y se ha tomado una decisión. Lo que tenemos que hacer es aceptar el resultado y ya está. Las reglas del juego son las que son y el sentir de los patronos ha sido el que ha sido. Lo que pido es que se respeten esas decisiones, porque parece como si ciertos patronos no mereciesen esa consideración ni que su sentido del voto sea lícito.
¿Cree que se está usando un ariete tan llamativo como Robert Sarver para desgastarle?
¿A mí? No. Lo más fácil para mí habría sido votar «sí» y que se hubiese vendido. Pero al final yo tengo un voto, una responsabilidad. Y cuando se actúa desde el convencimiento pleno, desde la conciencia y con datos reales, sabiendo lo que puede ser de una y otra forma, al final, tengo el derecho a votar en el sentido que lo hice. Pero nadie sabe qué hubiera pasado estando Sarver, ni prevenirte de qué pasará sin estar Sarver.
De la familia Catalán se habla como si tuviese la misma influencia que los Kennedy.
(Ríe). Sarver debería estar bien informado y, también, que los que le informen lo hagan bien, que no lo hagan con maldad ni mala fe. Quién le diga eso es que no conoce al Levante UD por dentro ni el funcionamiento del Patronato. Me cuesta creer después de seis años, justo ahora, que esa sea la conclusión. Cuando no hay que olvidar que yo empecé sin ser patrono, unos dos años, y si más tarde lo fui es porque me lo pidieron. No quise nunca ser patrono y soy de los que no participo en ninguna comisión. Estoy cuando se me llama y no influencio para nada. Esa es una más de las muchas informaciones que intentan desestabilizar. Hay que respetar los 13 votos del «no». Te puedo garantizar que han votado con plena independencia. Y le pediría al señor Sarver que, por favor, respete la opinión de los patronos que no han aceptado su ofrecimiento.
Su mensaje del jueves fue de unidad, pero también de defensa, de respuesta hacia un enemigo al que no ponía ni nombre ni cara. ¿Les conoce o no dice sus nombres por prudencia o estrategia?
Me lo puedo imaginar. Tonto he podido ser en este proceso, o muy tonto, pero de ahí a no saber lo que algunos traman... Si alguien piensa eso, está infravalorando a Quico Catalán, que tampoco es muy listo. Pero tampoco voy a darles más publicidad.
¿Cómo encaja que la primera gran crisis de la gestión del renacimiento «granota» venga por la expectativa de una oferta rechazada?
Es una de las cosas que me está molestando. Al parecer este Levante UD o cambiaba o no tenía futuro. Parece que lo que ha ocurrido en los seis últimos años en el Levante UD sea fruto de la ayuda divina, o que era normal llegar al 2015 así. Yo estoy orgulloso de que mi Levante UD y el de tantos levantinistas esté en esta situación. Y lo personalizo en toda la gente que ha sido artífice de esta historia, en los que estuvieron ahí en el peor momento. Para valorar la oferta del señor Sarver no hace falta criticar ni cuestionar el trabajo realizado y cuál es el actual Levante UD. A diferencia de otras personas, yo no he tenido que criticar la oferta de Sarver para decidir mi sentido del voto. A mi no me acabó de convencer. Para defender a Sarver no hay que matar al que ya está aquí. Ni es justo, ni coherente, ni responsable.
¿Está en riesgo que se rompa ese equilibrio que ha llevado a la época más estable del club?
No voy a protagonizar ningún episodio en ese sentido. Yo soy de los que piensa que ha acabado un proceso y que el club necesita una estabilidad. Si la Fundación entiende que es un momento para replantearse objetivos, funcionamiento... ahí estará Quico Catalán apoyando.
¿Qué hay que hacer para reconducir la convivencia?
Acatar y respetar el sentido del voto de los patronos, y ya está. Yo no he recriminado ningún voto contrario al mío. Tengo muchos amigos que su voto ha sido distinto. Esa es la grandeza de este proceso. Les sigo apreciando y valorando y no por ello somos más o menos levantinistas. Lo que se demuestra es que en el levantinismo se opina de forma libre. Otra cosa distinta es que se haya faltado el respeto a una serie de patronos, y que se haya hecho con mucha falacia y mucha mentira. Esa gente merece consideración. Son levantinistas de pura cepa, socios, y con muchas acciones. Hay hasta expresidentes del Levante UD. Que no se me respete a mí lo encajo, porque soy el presidente y debo aceptarlo.
¿Cómo contempla los movimientos del SAM, que quiere reactivar a Sarver y que impugnará la Junta de la votación?
Sólo puedo decir que el Consejo de Administración del Levante UD y su presidente a la cabeza son levantinistas que respetan, como no podría ser de otra forma, a cada uno de los socios, accionistas y levantinistas de esta institución. A partir de ahí, que cada uno obre como quiera, pero no voy a valorar nada.
Si se hace autocrítica, ¿el origen del malestar y la frustración no estaría en las perspectivas disparadas en torno a Sarver y a un acuerdo que se creía cercano? ¿Se ha llevado al equívoco a los patronos?
Pues posiblemente se han creado unas expectativas que a la hora de la verdad no iban a cumplir el objetivo. Quizá el señor Sarver salió muy ilusionado del Westin y los patronos presentes no tenían esas mismas sensaciones.
¿Se pierden, como afirma Fuertes, 20 años sin Sarver?
Yo soy fiel y leal a mi presidente de la Fundación y a mi amigo José Manuel Fuertes. Y creo que el Levante UD actual es un club moderno que desde sus posibilidades está abriendo tendencia en muchas cosas. Yo creo que no perdemos 20 años. Somos un club cuyos aficionados pueden ir con la cabeza bien alta por el club que somos y los valores que transmite.
¿Basta con apelar a la idiosincrasia para tumbar una oferta?
No, eso fue un argumento más, no es el único. Puedo decir que soy uno de los que más conoce el Levante UD por dentro. El «business plan» de la propuesta del señor Sarver se ha hecho en mi casa, en el Levante UD. Este club tiene un proyecto para una nueva ciudad deportiva, pero no de ahora. Lo tiene desde hace muchos meses porque su presidente lleva casi tres años trabajando en ese proyecto. La remodelación del estadio no es una propuesta hoy del señor Sarver, el club lleva trabajándola desde hace tiempo. Y hemos parado algunos planes por lo que pudiera deparar este proceso.
¿No había tanta diferencia de proyecto? ¿Es lo que le hizo cambiar de opinión?
Cuando el miércoles se acaba una parte del proceso y la oferta definitiva está, y se nos da unos días para reflexionar, ahí empiezo a cambiar de opinión. Así lo traslado a mi entorno, así lo traslado a miembros del Patronato y Consejo de mi absoluta confianza. Me pongo a analizar cuál es este club, comparo los dos «business plan»... y concluyo que para vender el Levante UD esta oferta no es suficiente para mi. El sentimiento es una derivada de todo eso. Si no hubiera sentimiento posiblemente no habría puesto en tanto valor al club. Para mi esa oferta no es suficiente para vender una empresa que no es una empresa al uso, que es un club de fútbol. Mi voto fue por una empresa que gestiona un sentimiento. A eso me refería con la idiosincrasia pero algunos, malintencionados, se quedan con lo que se quedan.
¿Esta crisis cierra la puerta a la alternativa de un inversor?
Eso no depende de mí. Pero desde luego, si vuelve a ocurrir creo que he aprendido algunas cosas (risas).
¿Qué le ha enseñado este mes de julio?
Posiblemente cometí el fallo de no posicionarme. Intenté no condicionar ni influir porque entiendes que la figura del presidente es distinta, porque mi discurso puede generar influencia positiva o negativa. También sé que desde el martes hasta hoy he recibido muchísimas felicitaciones. Y durante el proceso, en plena campaña de abonos, con todos los aficionados pasando por la puerta de mi despacho y me transmitían, la mayoría, que no se vendiera. Mi fortaleza es haber votado desde el convencimiento.
¿Haberle dicho que no al dueño de los Phoenix Suns significa que el club ya ha superado el momento de excepcionalidad que se heredó en 2009?
Te puedo garantizar que ni el señor Sarver ni ningún otro inversor se interesaría por este club hace seis o tres años. Una de las cosas que me ha gustado es que el Patronato y asesores externos hayan podido, con total transparencia, evaluar el club y ponerlo en valor en este proceso. Sarver apostó por un club que, más allá de estar en Primera, está bien gestionado.
Superado este trance, un punto de inflexión en muchos aspectos, ¿es un momento viable para plantear la democratización del club?
(Medita). Es un momento para que todos pensemos, y ya cuando pase el verano nos vamos a sentar y valorar. El presidente de la Fundación tiene las ideas claras en ese sentido y vamos a ver si nos propone algún cambio. ¿Por qué no puede suponer un cambio?
¿Debe ser con o sin patronos institucionales?
No hay que cargar las tintas sobre los patronos institucionales por no haber votado. Tenemos que ser coherentes, también hay que pensar en que algunos patronos institucionales son acreedores del Levante UD. Lo son con la tranquilidad que club y Fundación son dos entidades valencianas que han cumplido desde el primer día con sus obligaciones, y así siguen hasta la fecha.
