La noche se torció en el minuto 5. Los rezagados aún estaban tomando asiento en la grada cuando, de forma incomprensible, Simao Mate propinó un visible pisotón a Iago Aspas mientras el gallego se revolvía en suelo exagerando una falta anterior. El colegiado, Burgos Bengoetxea -recuerden este nombre-, no titubeó: roja directa al mozambiqueño. Sin embargo, el Levante UD se rebeló ante la adversidad y tiró de pundonor, de la clase de Verza y del pulmón de sus aficionados para empezar la temporada con buen pie. No pudo ser.

Pese a la madrugadora expulsión, el equipo de Alcaraz dejó ayer detalles que recargaron de optimismo las baterías de la afición granota. Deyverson y Ghilas se presentaron con la idea de mostrar todo su repertorio ofensivo. Sólo les faltó el gol. Deyverson, apodado «El Canguro» en la Bundesliga, es un auténtico muelle. Cada balón aéreo acaba por aterrizar en su cabeza. Cuestión aparte es si luego existe una continuidad a sus jugadas. Por su parte, Ghilas demostró que es ese delantero potente y desequilibrante que el Ciutat de València espera. Ellos dos dieron vida al choque en la primera parte, mientras el 0-0 imperaba en el marcador. Con uno más, el Celta se adueñó del cuero y empezó a moverlo, de una banda a otra, sin prisas. Nolito, Orellana y Aspas intervenían mucho en el juego y empujaban a la defensa azulgrana -por obligación con cuatro futbolistas-. Eso sí, sin generar ocasiones claras.

De hecho, el Levante UD pudo adelantarse a la media hora de juego. En uno de sus chispazos, la eléctrica pareja Deyverson y Ghilas generó una ocasión de la nada. Deyverson sorteó un par de defensas y disparó y provocó un córner. Al saque de Verza, el brasileño remató con el hombro. Bengoetxea, de nuevo protagonista, anuló el tanto y se ganó la pitada unánime de Orriols. No fue, ni falta al guardameta, ni mano del levantinista.

Puede que todavía con esa jugada en la cabeza, el Levante UD permitió que Nolito pensara demasiado, y demasiado cerca del área. Acunó el balón en la banda izquierda y se inventó un pase para Orellana, quien disparó colocado a la base del poste izquierdo de Rubén. Un severo puñetazo a la moral azulgrana a falta de cinco minutos para el descanso. Nadie se dio por rendido.

En la segunda parte, el conjunto de Alcaraz salió espoleado del césped. La afición, lejos de caer en la depresión postfraccionas, arrimó el hombro. De repente, Toño e Iván comenzaron a volar por los costados, Caramasa y José Mari se multiplicaron en el centro del campo y Deyverson volvió loca a la defensa rival. El Celta, con uno más, se apagó. Y Berizzo vio venir la que se avecinaba. Deyverson sufrió una falta al borde del área. La zona era ideal para el perfil de un lanzador diestro. Verza, debutante hoy en partido oficial con la zamarra azulgrana, no se lo pensó. El balón acabó en la escuadra y el Ciutat de València estalló. Todos en pie. La remontada ya no era una utopía.

El Celta movió el banquillo y apostó por sacar un delantero, Guidetti, por un defensa. Alcaraz, lejos de arrugarse, hizo entrar a Casadesús y retiró a José Mari. Movimiento de piezas a la espera de que la moneda cayera: a cara o cruz.

Y fue cruz. Otra jugada llena de combinaciones celestes trasladó la pelota hasta la banda derecha. Orellana se la jugó al uno contra uno y asistió a Aspas en boca de gol. Iván no pudo evitar el1-2 final.

El Levante UD lo intentó hasta el final. Rubén subió a rematar un córner, pero nadie pudo con el «gafe» de los estrenos. Ovación de despedida.