Cuando alguien ha intentando hacerse con la propiedad de un club y, después de infinidad de negociaciones, acaba diciendo que «ahora mismo no soy más que un seguidor», sólo puede significar dos cosas: que ya no quiere saber nada o que se retira estratégicamente a la espera de una nueva negociación. Y eso es lo que aseguró ayer Robert Sarver a Levante-EMV tras la última tanda de conversaciones. «Estoy contento de ver que el equipo estuvo mejor el pasado fin de semana». Pero un aficionado que acaba de llegar al orbe levantinista no puede simplemente alegrarse por un empate en Las Palmas, por mucha simpatía que haya cogido a un club que ha quedado claramente dividido ante la conveniencia o no de su oferta.
La última tentativa de algunos patronos de la Fundación para la entrada del capital estadounidense en el Levante UD se trató bajo los parámetros de la extremada prudencia: que Sarver pusiera dinero, pero sin acabar de asentar sus reales en la propiedad del club. Una especie de gesto de buena voluntad por el que, mediante una inversión ya importante (sobre los 25 millones de euros) en una ampliación de capital, le permitiría ocupar puestos tanto en el consejo de administración como en la Fundación, pero sin llegar a ejercer una mayoría absoluta. La postura de Sarver ahora es de contrariedad, porque se mantiene en sus trece. «Nosotros tratamos de poner 50 millones y traer mejores jugadores, pero cerca de la tercera parte de la Fundación pensaba que esta no era una buena alternativa. Así que...».
La sensación es que el tiempo va a seguir discurriendo y que la posibilidad queda ahí. Sobre todo, teniendo en cuenta que ha conseguido arraigar en una parte de la sociedad levantinista, que sí que ven esta llegada de capital extranjero como la forma de dar un salto cualitativo. Enfrente, de momento gana la postura de no acabar de fiarse.
Mientras esto sucedía, la plantilla sigue afrontando las sesiones de entrenamiento y el tedio que supone una semana sin competición „el sábado y domingo los jugadores desaparecerán del mapa al tener descanso„ viene perfecto para organizar un clásico: las reuniones de la plantilla alrededor de una barbacoa, una ocasión para ir haciendo equipo y que las nuevas incorporaciones pasen a formar parte del grupo. En el entrenamiento no estuvieron presentes Deyverson por sus molestias musculares y Ghilas a consecuencia de la gastroenteritis que ya le impidió entrenar el miércoles. David Navarro ya entrenó con normalidad.
El día de Rubén García
Ayer era un día especial con Rubén García, a colación además de que se cumplían tres años de su debut con el primer equipo, algo que el propio club ha querido revestir de cierta solemnidad. Un canterano siempre es bien recibido y más cuando el setabense ha conseguido quedarse en el equipo como apuesta personal cuando, además, se acerca ya a los cien partidos en primera división. «Estoy muy orgulloso de estar tres años en el Levante y espero estar muchos años más». También recordaba su primer gol en un partido ante el Mallorca. «Tenía a toda mi familia y amigos en la grada. Había conseguido unas treinta o treinta y cinco entradas y tenía a toda mi familia y casi a toda Xàtiva. Fue muy especial ir a celebrar el gol al córner con toda mi familia allí. Y casi me destrozo la rodilla en la celebración. Fue el mejor día de mi vida».
Refiriéndose al presente, Rubén comentó que «esta temporada no iba a ser fácil porque veníamos del recuerdo del año pasado y yo creo que tenemos mucho más claras las cosas. Tenemos que olvidar las malas actuaciones y pensar en lo que viene ahora. Estamos haciendo bien las cosas y creo que conseguimos un buen empate en Las Palmas. Teníamos que cambiar la dinámica del final de temporada y del año pasado porque es verdad que fue un año difícil y complicado».
