El SAM, el Sindicato Minoritario de Accionistas del Levante UD, propone una «gran asamblea» en la que «todos los estamentos del levantinismo», abarcando al actual consejo de administración, así como como aficionados, abonados, accionistas, peñas, Veteranos, instituciones acreedoras, patronos y resto de actores con el fin de crear una comisión que estudiar un proceso de refundación de la Fundación levantinista, accionista mayoritaria. Desde el colectivo, en el que se califica como una «pérdida histórica» que Robert Sarver no comprara el club, se cree que el actual modelo de la Fundación está agotado y que es el momento de «promover la reestructuración bajo las bases de la legalidad, legitimidad, representatividad y eficacia». Las mayores quejas se centran en el «sistema electivo» de los patronos que ha permitido que un 54 % quede concentrado entre el consejo y patronos de libre designación, ya que consideran que la actual es «ineficaz, carece de representatividad y su composición es arbitraria».