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Orriols alto

El último pase

El 14 de febrero del 2013, el Levante UD vivió una de sus noches de mayor gloria frente al Olympiacos griego. Tras una fase de grupos más que notable, y pese a los vaticinios de algunos «expertos» como Julio Maldonado, Maldini, el conjunto granota consiguió colarse en las eliminatorias de la Europa League. Todo un hito.

El cruce con el equipo del Pireo parecía anunciar el fin del relato épico de un pequeño entre los grandes del continente reclamando su hueco en el mundo y en la historia. Nada más lejos de la realidad. El conjunto entonces dirigido por Juan Ignacio Martínez, brindó a la grada del Ciutat de València una de las mejores exhibiciones de fútbol que se recuerdan en la última década. Un 3-0 inmemorial. El marcador se abrió gracias a una magistral asistencia con el exterior del pie de José Javier Barkero que consiguió definir a la perfección Pedro Ríos. Una instantánea imborrable de fútbol en estado puro: Pim, pam, gol.

Desde la ruidosa salida del mediapunta guipuzcoano, el Levante ha sido incapaz de encontrar otro pasador como él que recogiera el testigo legado con anterioridad por Rubén Suárez o Alberto Rivera.

La llegada de Rubi (aún) no ha traído consigo resultados, aunque sí un cambio en la dinámica del grupo, y una nueva propuesta futbolística en las antípodas de lo visto en temporadas anteriores con Caparrós y Alcaraz.

Para salir del pozo, el equipo necesita indudablemente mejorar varios aspectos del juego: seguridad defensiva, mayor velocidad en las transiciones defensa-ataque y capacidad de finalización.

Tras el parón liguero „y con la llegada de Mauricio Cuero„ podremos analizar con mayor detalle cuál es la apuesta del nuevo técnico. El dilema parece estar entre un 4-3-3 y un 4-2-3-1. En ambos casos, el mediocampo del Levante precisa de un stopper, un canalizador del juego, y un enlace con los atacantes. Todo apunta a que, salvo movimientos en el mercado de invierno, ese papel lo terminará asumiendo Rubén García.

Nadie puede poner en cuestión la calidad y aptitudes futbolísticas del de Xàtiva. El periodista Cayetano Ros vio en él trazos de Juan Mata, pero la llama con la que deslumbró en el año de su debut en Primera se ha ido apagando progresivamente. El equipo le necesita más que nunca.

Hundidos en el fondo de la tabla, y con unas estadísticas paupérrimas, lo fácil y lo cómodo sería señalar las debilidades de la plantilla, y echar por tierra todo el trabajo realizado. Algo tan valenciano como quemar la falla. Ni es oportuno, ni es justo.

Esta plantilla puede dar mucho más de si, y varios de sus integrantes aún están por demostrar su mejor versión, como Feddal, Verza, Roger y Deyverson. Ahora el reto de Rubi es recuperar a jugadores como Rubén para la causa. Si consigue devolverle la autoestima perdida dándole galones como enganche, redescubriremos a un gran futbolista y volveremos a disfrutar del último pase.

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