Jefferson Lema (Colombia, 1994) anotó el lunes su primer gol con el Levante UD, un hecho sorprendente para algunos de sus compañeros. Por lo tarde que ha llegado. Están convencidos de que su rentabilidad cara a la portería subirá considerablemente en los próximos meses. Los pronósticos están justificados. El futbolista colombiano reúne los recursos para superar, al menos, la media docena de tantos. Es un centrocampista con un magnífico manejo del balón, un disparo certero y, sobre todo, tiene llegada. Mucha llegada. Lo demostró el lunes en Cornellà-El Prat en la acción del gol que adelantaba al equipo «granota». Aguantó la posición entre los defensas, salió disparado hacia el portero y, pacientemente, cruzó la pelota al segundo palo. Un gol que le define como lo que es: un futbolista inteligente.

Para el Levante UD, Lerma es un elemento indispensable en el centro del campo. Lo fue para Lucas Alcaraz y ahora es para Rubi, al que ha consolidado en el equipo tras dudar sobre él al principio. Ahora lo tiene claro: lo alinea de volante, junto a Camarasa, los dos por delante de Simao, la pieza sobre la que gira el fútbol de contención del equipo. Del centro del campo hacia arriba, Lerma aporta también su imponente físico.

Formado en el Atlético Huila, el Levante UD vio el verano pasado en Lerma una gran oportunidad de futuro. Por eso firmó una ejecución obligatoria de su opción de compra (fijada en 900.000 euros) si cumple más de 25 partidos. De momento, ha desplazado a Verza al banquillo.

De profunda convicción católica, a sus 22 años ya es padre de un niño. Su máxima ambición es jugar con la selección de Colombia. Quiere acortar el camino con la llamada de la «tri» para las próximas olimpiadas. De momento, va acumulando experiencia en la liga española. Su descuido al intentar volver a España antes del partido del Bernabéu „sólo tenía un permiso de turismo que había caducado„ demuestra que le falta madurar.