Ángel Trujillo ya ve la luz al final del túnel. El central madrileño, que sufrió un desprendimiento de retina en el ojo derecho el pasado 27 de septiembre durante el partido contra el Getafe, completó ayer el entrenamiento con el grupo, aunque con algo de precaución. Tras ser operado, Trujillo ha acortado los plazos de recuperación con la idea de regresar lo antes posible al césped. Rubi, que ya lo considera como apto, podrá contar con él después de Navidad. «Lleva dos entrenos con el grupo y para mí prácticamente es alta, aunque para este partido no lo contemplamos porque necesita un poco más de tiempo. A la vuelta de Navidad, disponibilidad total», afirmó ayer el entrenador.

Trujillo, quien ayer se sometió ayer con éxito a las últimas pruebas en Alicante, golpea el balón con la cabeza con normalidad, pese a que jugará con unas gafas protectoras con el fin de evitar impactos en el ojo.