Sufriendo, como no podía ser de otra manera, el Levante UD sacó la cabeza del agua. Los azulgrana respiran y ven el panorama algo más optimista. Un gran segundo tiempo, con dos golazos de Deyverson y Morales, dieron un triunfo vital. El paciente respira. Con 14 puntos ya ve el panorama más optimista.

En el primer tiempo los de Rubi no mejoraron demasiado sus prestaciones. El Rayo Vallecano, como es habitual en el equipo franjirrojo, jugaba con la defensa muy adelantada y presionando arriba la salida del balón, circunstancia que los azulgrana no supieron aprovechar con la velocidad de Cuero y Morales por las bandas. Tampoco Verza, por su calidad, supo buscar la espalda de la retaguardia madrileña.

El partido se jugó en poco metros, lo que convirtió el juego en atropellado y con escasas ocasiones de gol.

Solo un disparo de Ghilas que se estrelló en el lateral de la red de la portería de Joel a pase de Cuero fue la única ocasión del Levante en los primeros 45 minutos. El Rayo lanzó dos disparos que es difícil de calificar de oportunidades, primero en las botas de Javi Guerra y después de las de Embarba. Poca cosa.

Rubi movió ficha tras el descanso y retiró a Simao, en peligro por la amonestación que vio en los primeros compases del primer periodo, para dar entrada a Deyverson. Una apuesta valiente.

El Levante salió más enchufado y en el minuto 47, por fin, Verza encontró a Cuero tras superar la espalda de la defensa del Rayo, pero el colombiano no supo culminar la jugada.

El Levante siguió porfiando y en el minuto 57 Morales probó suerte tras una galopada pero su disparo se encontró con la manopla de Joel. Otra carrera de Deyverson acabó con un disparo del brasileño lamiendo el palo. Y otro disparo del carioca también salió fuera de los tres palos.

Cuero aguantó hasta el minuto 60. Dejó un buen sabor de boca el cafetero pero su condición física no dio para más.

Camarasa cambia el guión

El partido entró en una fase loca, ya que a los golpes del Levante el Rayo respondía con contragolpes, que, por fortuna, se morían en la orilla del área local. Quizás por eso Rubi optó por apuntalar el centro del campo con la entrada de Camarasa en el lugar de un Gilas romo. Y eso lo notó. El Levante volvió a la carga y Joel evitó el cabezazo de Feddal. Pero no pudo atajar el disparo de Deyverson. El quinto gol del brasileño.

Paco Jémez quemó sus naves y sacó a Trashorras y Manucho buscando el empate, pero lo que se encontró fue otro golazo de Morales. Pablo Hernández puso la inquietud en las gradas. Los visitantes porfiaron, aunque sus ataques no se tradujeron en ocasiones claras.