El Llevant estrenó la liga 2015-16 envuelto en la desdicha. Aquel día de agosto en Orriols, ante el Celta, Simao se ganó la tarjeta roja a los cuatro minutos de partido; a la media hora se anuló a Deyverson un gol legal, y en el 76' Iván se hizo el 1-2 en propia puerta. Tan obvio como que se falló en algunos aspectos de la planificación (el principal, confiar el proyecto a Alcaraz) es que el Llevant debería llevar más de 14 puntos en el casillero. Mala fortuna, falta de definición de los delanteros, postes y travesaños. El retorno del yunque.
Así fueron creciendo la desazón y la ansiedad, pero el triunfo ante el Rayo lo ha cambiado todo. Y eso que el gol se resistió. En la segunda mitad el buen fútbol granota, la iniciativa y la ambición merecieron una recompensa que no encontraron ni Feddal con su ingenuo testarazo ni Deyverson y Cuero en sendos mano a mano ante Yoel. Finalmente, el brasileño rompió el maleficio: adelantó al Llevant en casa, algo que no sucedía desde la última victoria como local, ante el Villarreal, y consiguió marcar en la portería sur, que se mantenía imbatida para los blaugrana. Dey se escurrió en un desmarque perfecto y empalmó una volea dura y seca. Camarasa había saltado al césped cuatro minutos antes. Inició esta jugada y también la de la virguería de Morales para el 2-0. Pero la congoja inundó el Ciutat en el 82' con el gol de Pablo Hernández. Sin embargo, era definitivamente una noche para reconciliarse con la victoria.
Hoy, el feudo celtiña es propicio para el sueño de Rubi de encadenar dos victorias seguidas: de las últimas seis visitas el Llevant ha conseguido dos triunfos y tres empates. Ganar en Vigo representaría una dosis impagable de autoestima, mientras Salvador tantea el siempre complicado mercado invernal. Se antoja utópico mejorar lo presente. Y más que difícil conseguirlo en óptimas condiciones contractuales y económicas. El debut de Cuero fue esperanzador, Deyverson está en cifras respetables, Morales ha recuperado la magia y todo apunta a que los puntos, la intensidad y el compromiso contribuirán a que esta plantilla acabe por ofrecer el nivel que se espera de ella. El Celta (5º) es, junto al Eibar (6º), el equipo revelación, pero se muestra más solvente lejos de Vigo, donde ha empatado dos encuentros y ha perdido cuatro. Encadena, además, tres derrotas, y el Llevant tiene la jornada de cara para dar un salto de gigante: Rayo, Sporting, Granada y Betis visitan respectivamente Mestalla, el Bernabeu, Ipurua y el Madrigal; y Las Palmas recibe al Atlético. Hay que aprovechar la coyuntura, pues el calendario está a punto de complicarse mucho. Hay que evitar a toda costa el retorno del yunque.
Sarver. El de Arizona debutó como máximo accionista del Mallorca con derrota (3-1) ante el Córdoba de Oltra, Rodas y Pedro Ríos. Los baleares, que este año celebran su centenario, caen así en zona de descenso a Segunda B. En sus primeras declaraciones tras aterrizar en Palma Sarver hizo pública su ambición: recuperar la época gloriosa del club y ganar títulos. A los levantinos nos son familiares estas bravuconadas: no dejamos de escucharlas durante 39 años, mientras el Llevant porfiaba por no desaparecer.
La humildad, la constancia o la sensatez son virtudes cada vez más escasas en el deporte de élite, en cuyas orillas reposan los pecios de centenares de fracasos forjados en ínfulas de grandeza, como las de míster Sarver y tantos otros. Si el Mallorca no sale del pozo ni aun a golpe de talonario, veremos cuándo tardan el americano y su séquito en marcharse por donde llegaron. De tan visto, el guión aburre a María Santísima.
