Al Levante UD no le bastó ayer con las ganas para puntuar ante una de las peores versiones del Real Madrid. Dos goles blancos en apenas tres minutos sirvieron para que los de Zidane se llevaran, sin sufrir demasiado, los tres puntos de Orriols en otra noche en la que se quiso, pero no se pudo.

El Levante UD encaró el partido como debía: sin complejos. Sólo dos paradas felinas de Navas evitaron el gol de Rossi. El italoamericano, primero con un remate a bocajarro en el área pequeña y luego con un disparo colocado, acarició el tanto antes del minuto 5. «Il Bambino» perdonó y con el paso de los minutos el Real Madrid se asentó en el terreno de juego. Sin ser un bloque consistente, el talentoso equipo de Zidane empujó a los granotes hacia su portería, con apariciones esporádicas de Cristiano, acompañado ayer por Mayoral y Lucas Vázquez. Con el veloz extremo gallego sufrió lo indecible Orban. Al argentino se le vieron las costuras como lateral, y el Madrid volcó el juego en su banda. Para contrarrestar, Iván López y Morales lideraron, por las bandas, el ataque levantinista, aunque sin fortuna. La zaga blanca no sufría.

Después de veinte minutos en los que los porteros pasaron inadvertidos, Vázquez se internó en el área y buscó el uno contra uno con Orban. El defensa, lento de movimientos, picó y cometió un claro penalti. Todo un regalo para Ronaldo, hambriento de gol, que lo transformó con un disparo raso y potente antes de celebrarlo con su particular ansia y provocar a la grada. La respuesta del equipo de Rubi fue tímida. Buscar el empate a la desesperada parecía un suicido. Se optó por la contención pero no funcionó. Borja Mayoral, la gran apuesta de Zidane, engatilló un preciso lanzamiento desde la frontal, en la media luna y el esférico, caprichoso, fue escupido por el poste para rebotar después en la espalda de Mariño y entrar en la red a cámara lenta.

Se aventuraba la sentencia, pero al Levante UD le brotó un ramalazo de orgullo. Rossi chocó con Casemiro y se llevó un balón cerca del área madridista. El ex de la Fiore fue generoso y le sirvió en bandeja la diana a Deyverson con un pase de calidad. No falló el brasileño y encendió una luz de esperanza en Orriols antes del descanso.

Con vida hasta la prolongación

El Levante UD quiso incrementar el ritmo del duelo en la segunda parta, aunque sin locuras. Los madridistas impusieron un ritmo de juego lento, pero tuvieron varias ocasiones para rematar la noche. James lamió el tercero con un gran latigazo desde la frontal, como Nacho un minuto después. La más clara la tuvo Ronaldo, que empaló un balón imposible y lo estrelló en la madera cuando se cantaba el gol. Eso sí, poco antes Deyverson estuvo a centímetros de conectar un remate, a centro de Iván López, en el corazón del área chica.

Frente a un Madrid incapaz de sentenciar, el Levante UD llegó con vida al final y se creció. El encuentro presentaba espacios, defensas frágiles y delanteros desafinados. Rubi quiso poner orden. Casadesús, Verza y Rubén aportaron criterio y velocidad desde el banquillo, pero faltó pegada, como casi siempre. Feddal, solo en el segundo palo en el saque de un córner, estuvo muy cerca de conseguir el empate, pero unos milímetros le separaron del gol y de un punto. Isco, en el descuento, apuntilló el choque con el tercero para los madridistas.