Juanfran García, alma y corazón del Levante. El defensa valenciano, de 40 años, representa a la perfección los valores de un equipo que vuelve a soñar con la permanencia. Más allá de lo futbolístico, el equipo necesita de su espíritu de supervivencia para salvar la categoría. Tras la victoria en el derbi del domingo ante el Valencia CF, el conjunto granota está como estaba: colista. Sin embargo, las sensaciones son otras. En lo anímico, ha habido una evolución que invita al optimismo.

La recuperación del equipo coincide con el regreso de Juanfran. La reaparición del defensa, en un partido enorme el domingo, pone de manifiesto que el equipo de Rubi necesita otras virtudes como la entrega y el sacrificio para continuar en Primera. Y eso es lo que personificó, de forma ejemplar, su capitán. Su ascendencia en el vestuario y en el club es tal que a final de temporada „con su renovación en el aire„ puede convertirse en el enlace entre la directa y la plantilla.

El pasado domingo ante el Valencia CF, Juanfran se puso los galones. Asumió la responsabilidad de liderar al equipo en esta particular cruzada por la salvación. Dentro del campo, el bravo defensa no tuvo reparos en cargarse la presión al hombro y estar en todas las zonas de conflicto. Se las tuvo con el árbitro, con Alcácer, con Feghouli...Y salió victorioso.

Juanfran es el valenciano más veterano de Primera. No hace mucho que superó a Andrés Palop en esta estadística. El defensa del Levante UD tiene siete vidas. En su dilatada trayectoria por los campos ha sufrido toda clase de lesiones, una de ellas terrible con un golpe en la cabeza, que hubieran servido a más de uno para pensar en la retirada. Pero Juanfran ha superado esas dolencias físicas, además de pasar por situaciones tan comprometidas como estar apartado del equipo, ser el pato negro, estar acusado de amaño de partidos... Él sigue adelante y el Levante UD lo agradece.