Colista con 25 puntos, a cinco de la zona que otorga la permanencia y con sólo seis jornadas de Liga por disputar. La situación del Levante UD, mediado el mes de abril, se aleja del objetivo marcado a principio de temporada: mantenerse en la categoría por séptimo año consecutivo. Sin embargo, no todo está perdido. Aún.

Después de la derrota del sábado en la final, la enésima, en Sevilla, y de la jornada de ayer, en la que se minimizaron los daños gracias a que el Sporting y el Getafe fueron incapaces de sumar ningún punto, gran parte del levantinismo se debate ahora entre creer o no creer en la salvación granota. Y es que, en este caso, la fe intangible en la remontada choca de frente con la fría realidad de los números y las estadísticas, a la espera de que, como siempre, sea el balón el que decida al final.

Por un lado, el Levante UD se aferra a que, pese a todo, todavía sigue vivo en la competición. Con un paupérrimo balance de triunfos y goles, el equipo de Rubi está a cinco puntos del Granada, con el Getafe y el Sporting de por medio. En este sentido, los de Orriols reciben en su estadio al Espanyol este viernes, en una jornada en la que el Getafe espera la visita del Real Madrid, reenganchado a la Liga, y el Sporting viaja a Las Palmas. Por su parte, el Granada se la juega en el Calderón ante un Atlético que pelea por el título. Así, si el Levante UD consigue los tres puntos podría recortar distancias y encarar la jornada 34, intersemanal, con opciones reales de revivir. Lo haría porque su rival el jueves 21 de abril es el Granada. Una segunda victoria consecutiva daría la vuelta a la situación por completo.

Eso sí, hay que esperar a que todo ello venga acompañado de los tropiezos del Sporting (ante el Sevilla en el Molinón) y el Getafe (contra la R. Sociedad en Anoeta). También el Rayo, que juega ante el Villarreal en Vallecas y el Málaga en la Rosaleda, podría sumarse a la pelea si no saca sus partidos adelante. De hecho, la última jornada de Liga depara un Rayo-Levante UD que podría ser decisivo.

Las sensaciones que el juego del equipo ha dejado en las últimas jornadas son positivas, la defensa ha taponado la sangría de goles que solía encajar (cuatro en los últimos cinco partidos) y los fichajes de invierno han cogido el ritmo de competición, aunque se mantiene la falta de puntería ante la meta rival.

Falta de gol y pocos puntos

Quizás ahí, en la falta de gol, se originan todos los motivos por los que se hace complicado pensar en la salvación del Levante UD. Los azulgrana sólo han marcado dos goles en los últimos cuatro encuentros, en los que se jugaba la permanencia, y es el menor anotador de la Liga. Por eso sólo ha ganado seis partidos en toda la temporada. Según los cálculos más optimistas, habría que alcanzar los 37 puntos para la permanencia, es decir, el Levante debería vencer cuatro de los próximos seis partidos para sumar 12 puntos. Cabe tener en cuenta que los levantinos no ganan fuera de casa desde noviembre, ante el Sporting, en la única victoria a domicilio del curso. Además, el levantinismo debe esperar los fallos de, al menos, tres rivales: Sporting, Granada y Getafe.

No obstante, todo pasa por no caer el viernes ante el Espanyol.