El Levante UD es viable en Segunda División. Los números cuadran en la calculadora del presidente del club, Quico Catalán, quien hace un año, ante el evidente riesgo de descenso, ya hizo las cuentas. Esta vez, a diferencia de la temporada pasada, la amenaza se ha convertido en realidad. Por eso, en las oficinas del Ciutat de València se trabaja en el reajuste económico que debe acometer la entidad granota con el fin de afrontar con garantías la próxima campaña en la categoría de plata. Sumas y restas que permiten aventurar que, al menos la temporada que viene, el Levante UD será uno de los equipos más ricos de la Liga Adelante. De hecho, en la reunión del consejo de administración de la pasada semana, cuando se anunció la marcha de Manolo Salvador, ya se trataron algunos de los puntos sobre los que pivotará la futura gestión del club, que después de seis años en Primera ha tejido una consistente red capaz de frenar la caída económica al pozo de la Segunda.

Por un lado, los ingresos por los derechos televisivos se reducirán de manera drástica. De los 34,7 millones de esta última campaña se pasará a percibir una cantidad que, en el mejor de los casos, rondará los diez millones. Asimismo, el Levante UD perderá el patrocinio de la marca East United, con la que tenía acordado un año más de contrato a razón de un millón de euros más variables. El descenso extingue de manera automática este compromiso, por lo que el club tendrá que buscar un nuevo patrocinador para la camiseta. En este sentido, Nike no continuará como marca deportiva. El relevo lo toma la firma italiana Macron, que vestirá al Levante UD los próximos tres años con una inversión fija de 650.000 euros en cada uno de ellos.

El presupuesto del Levante, que ha sido en este ejercicio de 41 millones, se reducirá drásticamente. Más allá de que los precios de los pases de temporada desciendan, es poco probable que los 18.700 abonados de este último curso repitan, lo que implicará una reducción de los ingresos. Este año el club ha recaudado dos millones de euros sólo en abonos.

Para tratar de compensar estos dolorosos golpes económicos, la Liga otorgará una ayuda al Levante UD de unos 13 millones de euros —según las previsiones que se manejan desde el propio club— aunque la entregará en dos plazos. El primero esta temporada y el segundo el año que viene, siempre que el club se mantenga en Segunda.

La masa salarial y la deuda

Otro de los retos para los dirigentes levantinistas será reducir las exigencias de la actual masa salarial del club. Sólo en personal, la entidad de Orriols ha invertido este curso 23.700.000 euros. Esto cambiará, ya que, por contrato, todos los jugadores de la primera plantilla —salvo uno—, verán cómo su ficha se reduce un 50 %. Un incentivo para que busquen una salida.

Menor obstáculo supone la deuda de 29 millones que arrastra el club, ya que está reestructurada y aplazada. Después del pago de 9 millones a la Agencia Tributaria en 2014, los compromisos del Levante UD con el Ayuntamiento de Valencia (2 millones en 2020), los bancos (15,5 millones en 2035), Hacienda (4,4 millones 2024) y los acreedores (7 millones este año) son abordables gracias al superávit de los últimos años.