Cuando se habla de estadios de primera, miles de aficionados que acuden a los campos, niños pidiendo autógrafos al terminar el encuentro, televisión de por medio, aumento de patrocinadores, etc, automáticamente nos vienen a la cabeza las grandes estrellas del mundo del fútbol: Messi, Ronaldo, Griezmann, Iniesta...
Pero no. En este caso estoy hablando de nosotras, de todas aquellas chicas amantes de este deporte por el cual llevamos peleando años y años. En la última década el futbol femenino ha pasado de tener 11.300 licencias federativas a tener más de 40.000, un crecimiento de más del 300 %. Cuando hace mas de 20 años tanto alguna de mis compañeras como yo empezamos a dar patadas a un balón en campos de arena, con aquellos míticos Mikasa, en equipos en los que posiblemente éramos la única chica que jugaba e idolatrábamos a jugadores como Van Basten, Koeman y Zidane entre otros, nunca imaginamos que llegaríamos a tener la repercusión que estamos teniendo.
Si hace dos semanas éramos las jugadoras del Levante UD las que tuvimos la oportunidad de jugar en un estadio como el Ciutat de València, consiguiendo atraer a más de 8.000 aficionados al campo y haciendo historia para nuestro club, ahora es el turno del Atlético de Madrid. El último partido antes del parón navideño, el próximo 11 de diciembre, lo disputarán ante el FC Barcelona en el Vicente Calderón.
Otra gran iniciativa para el fútbol femenino español, y que no solo la llevan a cabo equipos de la Liga Iberdrola, sino también de categorías inferiores como es el caso de la sección femenina del SD Eibar, que jugó el pasado fin de semana en el Estadio Municipal de Ipurúa.
Por otro lado, el Athletic Club batió esta temporada el récord de asistencia a un partido en la ronda de 1/16 de Champions League con más de 9.000 aficionados en San Mamés, y celebraron el título de Liga conseguido el año anterior ante más de 20.000.
El camino hasta aquí no ha sido fácil, ni lo será en un futuro, pero siempre me he considerado una persona positiva, y en este caso los datos invitan al optimismo. Cada vez hay una mayor cantera de jugadoras y a ellas, a las cuales les hemos abierto camino, les queda lo más bonito por vivir. ¡Quién pudiera volver a empezar y disfrutar de todo esto!
