Hasta este verano, en el vestuario del Levante UD existía la creencia de que el dorsal «9» estaba gafado. Una de sus últimas víctimas „antes que Mauricio Cuero y después que Ángel„ fue Rafael Martins. El delantero brasileño aterrizó en Orriols en julio de 2014 después de una intensa negociación y el pago de tres millones de euros por su traspaso hasta 2017. Lo hizo con la etiqueta de goleador debido a sus 15 dianas con el Vitoria Setúbal en la liga portuguesa. Sin embargo, la temporada de Rafael en el Ciutat, bajo las órdenes de Mendilibar primero y Alcaraz después, fue decepcionante. El brasileño sólo anotó un gol, contra el Getafe, el 8 de diciembre de 2014, en 17 encuentros. Su bajo rendimiento motivó que la temporada pasada fuese cedido al Moreirense, donde jugó 27 partidos y marcó 16 tantos.

Tito, a su llegada a la dirección deportiva, y Muñiz, a los mandos del vestuario desde julio, quisieron darle una oportunidad en su último año de contrato como jugador del Levante UD. No obstante, como ocurrió en la 2014/2015, Rafael no está brillando sobre el césped. Este fin de semana tiene una última oportunidad para reivindicarse antes de que se abra el mercado invernal, en el que a día de hoy y siempre que llegue una oferta, tiene muchas opciones de abandonar la disciplina azulgrana, puesto que en enero será libre para firmar con cualquier club y salir en junio a coste cero.

Su gol en Girona, con dedicatoria especial para las víctimas del accidente del Chapecoense, y la sanción de Roger por acumulación de amonestaciones, le abren ahora la puerta a una última oportunidad, el sábado ante el Tenerife, para ganarse el sitio en el equipo de Muñiz.

El técnico asturiano le ha alabado en rueda de prensa, pero todavía no ha apostado por él como delantero de referencia. La mayoría de los minutos que Rafael ha tenido esta temporada, repartidos en siete partidos „ha sido titular sólo en dos„, los ha disputado junto a Roger, sin poder ocupar la demarcación de «9» puro.