Bucear en la Historia del Llevant UD „como hacen algunos plumillas, sin citar jamás la fuente„, nos permite encontrar los antecedentes de la actual racha de triunfos del Llevant de Muñiz. Tras la Guerra Civil y la fusión forzada por el régimen, el Llevant coqueteó con el ascenso a Primera. Jugó la fase final en la campaña 39-40 y se quedó en puertas de hacerlo en la 40-41, en la que consiguió las seis victorias consecutivas que igualará hoy, si se impone al Numancia, con el temporal de agua y frío en la retina y el césped de Orriols castigado por la meteorología, como sucedía cualquier invierno en el Cap i Casal antes del cambio climático que algunos se obstinan en negar, entre ellos el presidente de nuestro maltrecho planeta, el ínclito Trump. Otros, a los que tenemos más cerca que al pelirrojo de prodigioso tupé, no lo niegan pero tampoco mueven un dedo por revertir la situación; sólo parece preocuparles beneficiar a sus amiguetes, como los del oligopolio eléctrico o los banqueros. Y se creen más dignos. Les votamos incluso.
La escuadra levantina tiene tres citas por delante para abrir brecha (más aún) respecto a sus perseguidores. Numancia, Alcorcón y Nàstic son partidos trampas, sin embargo; rivales asequibles, sobre el papel, pero ante los cuales el Llevant deberá demostrar que es capaz de jugar con intensidad y compromiso máximos, como si estuvieran a un punto en la tabla. Las tres victorias son decisivas para continuar escribiendo el relato del ascenso 16-17. Ya habrá tiempo para que llegue la derrota más adelante ante rivales con los que, aun dándolo todo, no ganar es plausible, por competencia futbolística: Zaragoza, Valladolid, Getafe, Cádiz, Tenerife?
Muñiz no para de sorprendernos, con su inteligencia táctica y su capacidad para enmendar situaciones de riesgo. En Murcia ante la Ucam, el Llevant, pese a la victoria, se mostró vulnerable en defensa. Para visitar El Alcoraz, el míster cambió las piezas (que no el sistema) y consiguió refrendar el perfil rocoso del once, que apenas concede opciones de gol al rival. Puso a Abraham por Morales para reforzar la banda izquierda e inyectó músculo en la medular, con Insa y Lerma. Funcionó a la perfección. Todo hace suponer que, de vuelta en Orriols y ante un contrincante que va a jugar al autobús bajo palos y a verlas venir, Espinosa y Rubén o Morales volverán al once (por Lerma, con cinco tarjetas, y Abraham) para que el equipo recupere el fútbol de tiralíneas con que deleitó a la grada ante el Lugo y pueda volar por los aires, cuanto antes, el previsible cerrojo soriano. Y firmar así la sexta victoria consecutiva. Si mantuviera la portería a cero sumaría esta circunstancia a los seis triunfos de la 40-41. Para dar el valor que merece la actual racha, valga recordar que en las 13 victorias consecutivas de la escuadra de Juande Ramos, apenas se mantuvo la meta a cero dos encuentros seguidos. Que dure.
