A López Muñiz no le sentó nada bien que la primera pregunta de la rueda de prensa le señalaran que el Zaragoza había sido superior a su equipo. «El equipo que gana es el que lo merece. En el partido, el que tenía el balón creaba mucho peligro al contrario. El Zaragoza tuvo la posesión del balón mucho tiempo, pero ocasiones sólo recuerdo la última. Esto son ocasiones y goles no posesión de balón. Teníamos el partido donde queríamos. Al final mucho ruido, mucho ambiente en el estadio, pero el Levante UD supo controlar el partido. Pudimos marcar el 0-2 y no lo hicimos. No hay equipos superiores a otros, hay momentos y hay que aprovecharlos», señaló el técnico asturiano.

«Cuando hablamos de acoplarnos a la categoría y ponerse en faena hablamos de este tipo de partidos. Son estadios en los que se aprieta y enfrente había un buen rival. El vencedor fue el espectador, porque fue un gran partido, un toma y daca de esfuerzo y de juego. Cuando teníamos el balón los dos equipos teníamos ocasiones y llegábamos al área. Al final de la primera parte los tuvimos muy hundidos y en la segunda el Zaragoza tuvo que arriesgar. Tienen muy buen equipo, hecho para mirar a otra parte de la clasificación, pero supimos amoldarnos. El equipo se tuvo que arromangar y se arromangó. Nos hubiera gustado tener más control y jugar más en campo contrario, pero el partido tiene mucho mérito», explicó Muñiz, que mantuvo su línea de cautela.

«Aquí nunca se levita. Hay que pensar ya en el siguiente partido, con otro buen equipo que está en una situación complicada. Tenemos que seguir a nuestro ritmo. Con la humildad de estos partidos y mirando siempre hacia adelante. Lo que hay que hacer en cada partido es ir creciendo. Todos los domingos tendremos que mejorar. Asimismo, sentenció que la Segunda enseña cada jornada que no espacio para la relajación. «Todos los resultados de la categoría nos hacen aprender. Cada partido es un mundo y cada partido hay que afrontarlo con el máximo nivel», concluyó el entrenador del Levante UD.

Por otro lado, otro rostro sonriente era del de Roger, que reconoció la autoría del gol. «Sí, sí la toco. Justo cuando la va a coger el portero la desvío para que se le escape», indicaba el delantero.