En marzo, en Semana Santa, a finales de abril, en Cádiz, en Orriols... La euforia se ha extendido sin control entre el levantinismo, ansioso por certificar el regreso a Primera. Son muchos los que, desde hace semanas, andan con la calculadora en la mano para cuadrar la fecha y el lugar del ascenso. Y no se trata de una previsión basada en el optimismo, sino que está fundamentada en el convencimiento que transmite cada una de las victorias incontestables del equipo de Muñiz.

Sin embargo, esta dulce ilusión que se respira en los alrededores del Ciutat de València también es la principal amenaza a la que se enfrenta el Levante UD en cada jornada, especialmente en encuentros como el de esta tarde.

Porque, tal como aseveró Campaña esta semana, cualquier rival de la división de plata puede «comerse» al líder si aparece la relajación. También hoy, en un estadio como el Ramón Sánchez Pizjuán, en el que se espera poco ambiente, en el que el cuadro azulgrana se mide al único filial de la categoría, el Sevilla Atlético. Pese a que el conjunto hispalense no puede pelear por ascender, ya demostró en el encuentro de ida en València su capacidad ofensiva y su talento en los metros finales. Poca broma.

El Levante UD, además, saltará al terreno de juego con la posibilidad de asestar un nuevo golpe a la clasificiación. La intención es llegar al pequeño «Tourmalet» del calendario con los deberes hechos y una ventaja cómoda que permita encarar las citas ante el Getafe, el Cádiz, el Girona o el Oviedo sin excesiva presión y con margen de maniobra.

Muñiz se ha dejado fuera la convocatoria a Chema Rodríguez, en el central que lideró la defensa en la primera vuelta, en una clara muestra de la meritocracia que reina en el vestuario granota. Por lo demás, la alineación se asemejará en gran medida a la de los últimos partidos. Con Toño de vuelta a la citación y con todos los centrocampistas habituales disponibles, el entrenador asturiano podrá contar con su once de gala, siempre con la pareja Postigo-Róber en el centro de la defensa.

Por otro lado, el partido en Sevilla puede suponer un momento especial para el estreno de Juan Muñoz, todavía inédito desde su llegada en enero. Aún así, Casadesús ha ganado enteros en las últimas semanas para ser el acompañante de Roger, si no de inicio, sí en los minutos finales, sobre todo en el caso de que el marcador se complique.

En el bando hispalense, los sevillistas no ganan desde el 8 de enero (5-3 al Oviedo). A partir de ahí acumulan tres empates y tres derrotas, la última la pasada jornada en Huesca (2-1). El filial andaluz es decimotercero con 33 puntos, por lo que el duelo de hoy es clave para no acercarse más a una zona de descenso que tiene a seis puntos y no deja de acercarse cada semana.