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Mis tres pilares

Mis tres pilares

25 años han pasado ya y parece que fue ayer mismo cuando mi madre, mi hermano y yo nos preparábamos como otro domingo cualquiera para dirigirnos al campo de fútbol del pueblo e ir a ver a animar a mi padre. El título de la sección es «Quiero ser como Beckham» pero yo, realmente, quería ser como él. Cada domingo, los tres éramos fieles a sus partidos, le acompañábamos allí donde le tocaba jugar y aunque mi madre era algo más discreta, mi hermano y yo nos dejábamos la voz alentándolo. Para nosotros, lo hiciese bien o mal, siempre era el mejor. Cada vez que su partido llegaba al descanso, servidora, que por aquel entonces era una renacuaja pelirroja de 5 años, cogía su balón y antes de que los jugadores enfilaran hacía los vestuarios, ya estaba dentro del campo tirando a portería. Cierto es que esa alegría había días que duraba poco ya que el responsable de cuidar el campo me perseguía para decirme que, sin botas de fútbol, no se podía jugar. No me quedaba otra que salirme.

Pero esa renacuaja con ganas de imitar y ser como su padre, pronto comenzó a formar parte de ese club. Era la única niña, pero siempre estaré agradecida al UE Vilassar de Mar por haberme formado y haberme dado todas las facilidades desde el primer día. Es primordial que los padres apoyen a los niños y niñas que quieren practicar deporte, pero no centrándose en el resultado, sino en el proceso. Puedo decir bien orgullosa que he tenido el apoyo de los míos siempre, y eso me ha empujado a estar donde estoy. Es una opinión personal que estoy convencida que compartiré con muchos, pero es imperdonable, indignante y bochornoso que a día de hoy siga habiendo padres en campos de fútbol base, desde querubines hasta cualquier otra categoría, en los que se sigan liando a puñetazos. ¡Me avergüenzo de ello! Los niños practican deporte por diversión, y los padres deberían ir a sus partidos con ese objetivo; animarles y que, por encima de si han ganado no, prevalezca el si lo han pasado bien o no, si han disfrutado.

Así eran los míos. Cuando fiché por el Barça y el Sabadell aún era menor de edad con lo que necesitaba que alguien me llevase. Pasábamos horas en el coche yendo a entrenar y volviendo tarde para que al día siguiente mi padre tuviese que levantarse a las 5h para ir a trabajar. Siempre me siguieron y todo este tiempo han estado desplazándose Sin lugar a dudas, es mi superhéroe, un ejemplo para mí y al cual le estoy inmensamente agradecida porque lo que soy hoy en día no lo sería sin él, pero tampoco sin mi hermano y mi madre. Mis tres pilares. Dicen que madre no hay mas que una, pero, padre también, y el mío sin duda, ¡es el mejor! Y como el principal motor de mi vida, mi hermano, también celebró hace dos días su vigésimo octavo aniversario, aprovecho para desearle feliz cumpleaños a mi primer compañero de batallas, con el que empecé a dar patadas al balón en el parque del pueblo. Y como no hay dos sin tres, toca felicitar a mi madre. Y no es porque sea la mía pero, ¡también es la mejor!

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