La expulsión de un aficionado del estadio del Levante UD, el pasado sábado, por exhibir una bandera «estelada» durante el partido Levante UD-Girona (2-1) tendrá consecuencias en las altas esferas políticas. Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) presentará una pregunta parlamentaria en el Congreso para esclarecer los hechos. Así lo comunicó ayer el propio afectado, Lluís Hernández Manero, que es presidente de las Joventuts d' Esquerra Republicana al País Valencià.

Hernández Manero es abonado del Levante UD desde hace 5 años y se sienta en la grada Gol Alboraia, la zona del estadio donde frecuentemente se exhiben banderas de carácter independentista. Allí se ubica la Peña Tòtil,que jamás ha escondido su vinculación política con la izquierda nacionalista -también fue la la más activa, en su día, en la reivindicación del reconocimiento de la Copa de la República de 1937-.

La exhibición de estos símbolos contrasta con la presencia de banderas oficiales, tanto de la senyera valenciana como la de España, en otras zonas del estadio. Ambas tendencias políticas conviven con absoluto respeto y transigencia en las gradas del Ciutat de València, posiblemente el campo más tolerante del fútbol español.

La convivencia de símbolos contrarios en el estadio del Levante UD se fortaleció, paradójicamente, en el enfrentamiento callejero que protagonizaron dos grupos ultras del club en los años previos al ascenso a Primera de 2004.

Las peñas Ultras Levante, de tendencia españolista, y Força Llevant, de carácter nacionalista, rivalizaron hasta el extremo de protagonizar violentas peleas en la calle y en los desplazamientos a otras ciudades. Un vergonzante enfrentamientos de ambos bandos, entre propios hinchas granotes, fue especialmente sonoro: el ocurrido en la grada del Martínez Valero, ante la lógica incredulidad de los aficionados del Elche, en 2003. Aquel episodio de rivalidad íntima se cerró con el hermanamiento posterior entre los dos grupos.

La expulsión del hincha granota del sábado pasado, por tanto, choca con el estado de tolerancia general que caracteriza a los inquilinos del Ciutat de València. Hay precedentes durante el mandato de Pedro Villarroel, cuando más de una vez ordenó a la agencia de seguridad del estadio, Levante de Seguridad, la retirada de banderas cuatribarradas en la zona donde se ubicaban, precisamente, los miembros de la extinta Força Llevant. El club también prohibió la entrada de estelades en un derbi ante el Valencia, para no alimentar la tensión con la peña Yomus, del Valencia CF, denunciada más de una vez por exhibir símbolos anticonstitucionales.

Los dos policías que expulsaron al hincha del Levante UD, el sábado, justificaron su actuación en la aplicación de la Ley del Deporte 19/2007 del Deporte contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte, según la cual puede constituir un delito o falta «la exhibición en los recintos deportivos de símbolos, emblemas o leyendas que, por su contenido o por las circunstancias en las que se exhiban o utilicen de alguna forma inciten, fomenten o ayuden a la realización de comportamientos violentos o terroristas, o constituyan un acto de manifiesto desprecio a las personas participantes en el espectáculo deportivo». El propio Hernández Manero, que suele mostrar la estelada «sin ningún problema en el estadio», asegura que preguntó antes a un grupo de seguidores del Girona, en la grada anexa, si les ofendía su bandera. «Me dijeron que no había ningún problema», explica. Testigos de la retención confirman que no se generó ninguna tensión en la grada.