Tiene mucho mérito lo de este Levante UD. Ascendido y campeón, el equipo de Muñiz no sabe dejar de competir. Ayer, en un atípico viernes de fútbol, cumplió el expediente ante un UCAM Murcia que se jugaba la permanencia en la categoría. Puede que el juego del Levante UD no enamorase a los 10.000 fieles que acudieron al Ciutat, pero su triunfo evidenció el carácter de esta plantilla y dignificó la competición.

Y es que, aunque el partido se perderá pronto en el olvido, sí dejó detalles de cara a la próxima campaña. Por ejemplo el papel de Jefferson Lerma. El colombiano, con una inyección de pausa y temple, puede ser el mediocentro agresivo, potente y con llegada que necesita Muñiz en Primera. El asturiano, por cierto, comprobó que Morales carbura mucho mejor en la banda derecha, pese a que él prefiere jugar en el lado opuesto. Desborda más y mejor y sus arrancadas siempre desembocan en un centro peligroso.

De hecho, su cambio de posición despertó al Levante UD, que en los primeros minutos amenazó con sestear y permitió que Jona dispusiera de dos claras ocasiones ante Oier, otra vez titular. Con las fuerzas equilibradas, el juego de Morales en la derecha trastocó el plan defensivo del UCAM Murcia, que comenzó a sufrir para no encajar el primero.

Sin embargo, fue el conjunto de Francisco el que se adelantó en el marcador gracias a una jugada a balón parado. Góngora ejecutó magistralmente una falta lateral y Jona, la referencia ofensiva de los visitantes, se adelantó a toda la defensa azulgrana para remachar a la red con un testarazo inapelable. Era el minuto 33 y el orgullo de Orriols, invicto todo el curso, se resintió. Seis minutos después, Juan Muñoz peleó un balón en el área que prácticamente tenía perdido, lo ganó en la línea de fondo y , a con el portero a media salida, en lugar de pecar de egoísmo lo cedió atrás para que Insa fusilara la portería desde el área pequeña. El empate, más que justo, sacudió al público, algo aburrido por la inercia del partido.

En el segundo acto, Casadesús saltó al césped para aportar ese último pase de calidad que pedía la tarde y también Muñoz, desasistido y sin la capacidad de Roger para generar sus propias ocasiones. Así fue. En el minuto 60, Casadesús se inventó una genialidad dentro del área, rompió la cintura de su marcador, puso el esférico en el segundo palo y Morales marró el remate a bocajarro. Fue un aviso.

Pudo marcar el UCAM Murcia, casi sin querer, poco después. Verza despejó en el área pequeña pero el balón rebotó en Tito. Oier se encontró el cuero en la línea de gol. Un susto que obtuvo respuesta inmediata. Casadesús, ya proclamado rey del encuentro, lideró un contragolpe y asistió a Muñoz. El andaluz resolvió en carrera, enroscando su disparo con la derecha, alejando el balón del meta rival. Celebró el gol con rabia y el fortín del Ciutat se relajó. La «ola mexicana» surfeó por las gradas. Jona, a la media vuelta, pudo romper la magia de Orriols, pero Oier lo impidió con una estirada de reflejos. En el otro área, Muñoz desaprovechó dos mano a mano para sentenciar. Hubo que esperar al descuento, cuando otro chispazo de Casadesús lo completó Muñoz con un derechazo de talento que cerró su doblete.

El Levante UD se marchó ovacionado. Quedan dos jornadas para disfrutar antes de las vacaciones.