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Refundar la cantera

Refundar la cantera

La fidelidad a un escudo que genera la cantera es un valor sin parangón para los clubes que no tienen una chequera infinita. Si la cantera se gestiona con convicción, ecuanimidad y con las ideas claras. Y no de la manera errática como se ha hecho, a menudo, en Orriols desde los tiempos de Villarroel. Para Pedro el fútbol tenía algo de monopoly. Los futbolistas eran cromos que vender y comprar y el filial un escaparate para el negocio. Por eso era crucial que estuviera lo más arriba posible. El presidente que puso al club al borde del abismo fue un visionario. Hoy son muchos los que actúan igual. El problema es que para club y afición ese hobby de capitalista jubilado es una ruleta rusa.

Hace tiempo, además, que en el Ciutat hay quien echa de menos los devaneos del Llevant por las categorías inferiores. No les culpo. Aquel relato de perdedores tenía su encanto. El Atlètic Llevant cubre esa carencia. Pero un filial no es eso. Ni tampoco lo otro. Una escuela debe formar futbolistas para el primer equipo desde abajo, encajando con una filosofía y una identidad. Es una inversión estéril formar a un jugador desde niño y que nunca llegue al filial porque éste se nutre de fichajes. Puede haber algunos, pero la base debe ser el juvenil. Hay mucha gente que orbita alrededor del fútbol y detesta las políticas de cantera porque su ganancia está en mover piezas del monopoly. El descenso a Tercera, más allá del enorme disgusto para los chavales y de la decepción para la hinchada, no es ningún drama. El Atlètic está para formar y servir al primer equipo, no para seguir una trayectoria autónoma. El descenso debería servir para repensar y definir la razón de ser de toda la escuela. Otros clubes que hagan lo que consideren, pero el Llevant debería ser sensato y austero también en esto. En cuanto al partido de hoy en Lugo esperemos que el Llevant continúe con su ejemplar trayectoria tras el ascenso y vuelva a darlo todo para llevarse tres puntos más.

Totti. ¿Cómo no conmoverse durante la semana con las imágenes que han ido llegando desde el Olímpico de Roma? ¿Qué futbolista es capaz en el mundo de levantar a 60.000 almas de sus asientos y ponerlas a llorar de emoción? No todo está perdido si un club grande como la Roma y un futbolista del nivel de Francè, con el que todos sus grandes rivales han querido fotografiarse, son capaces de ofrecernos un episodio para la esperanza como el del domingo pasado. Juanito Puig, «trencatobillos», y Agustí Dolz, el del «bombeja», también estuvieron 25 años en activo en el Llevant y también dieron calabazas a los grandes clubes de su época, pero eran los años 20, 30 y 40: Otra vida, otro fútbol, otros valores. Il capitano, con su biografía en grana, nos ha regalado un episodio de la historia del fútbol que será más laureado que un título continental o que una bota de oro. Roma es eterna. Totti también.

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