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Champions

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Se jugaba en Cardiff y con representación española. Una gran final con mucha emoción y un final increíble. No hablo del Real Madrid-Juventus, hablo de la final de la Champions femenina que también esta semana se ha celebrado y que ha demostrado el gran nivel del futbol femenino europeo. Un paso más en la consolidación de nuestro fútbol. Jugaron en Olympique de Lyon y el PSG, el fútbol francés domina Europa, y la representación española eran las jugadoras Vero Boquete e Irene Paredes. Vero se quedó sin poder sumar su segunda Champions, ya la ganó con el Frankfurt hace dos años, e Irene jugaba su primera gran final y seguro que tendrá más oportunidades. La final se resolvió por penalties y el acierto en esos momentos únicos hizo que las de Lyon y en concreto su portera, se convirtiera en heroína marcado el penalti definitivo. Guion perfecto para publicitar nuestro deporte, final perfecto para que el partido de la vuelta al mundo y esa imagen de portera contra portera esté presente en todas las televisiones. ¿Es justo o no que se decida un título tan importante con ese sistema? Es el eterno debate sin respuesta. Lo cierto es que los penalties son una suerte única dentro del futbol. Si son decisivos en un partido normal, en una final de un torneo tan importante adquieren niveles dramáticos. Pero visto desde la distancia, como espectadora y jugadora reconozco que imprimen una emoción y un suspense que convierte el partido, la final de turno, en un momento apasionante.

Y es que el fútbol se nutre de esos ingredientes para ser un deporte único. Cara a cara como en un duelo de las películas del Oeste, el lanzador y el portero. Todo el mundo mirando y en juego un gran torneo. Una acierta y la otra no. Una pierde y la otra gana. Alegría y tristeza repartidas en segundos. Finales como la vivida el pasado viernes en Cardiff contribuyen a que el fútbol femenino sea cada día mejor. En España soñamos con ver pronto a un equipo de los nuestros en ese punto final de la temporada. Este año el FC Barcelona cayó en semifinales frente a PSG pero hemos estado más cerca.

Cada día estamos más cerca de vivir momentos parecidos a los de Cardiff del pasado fin de semana con un equipo español luchando por el título. Las que desde hace años jugamos a fútbol, las que hemos tenido que emigrar para crecer como deportistas, las que hemos vuelto ilusionadas con el nuevo impulso de nuestro fútbol disfrutamos con estos partidos. Es cuestión de tiempo. Y aunque viva desde el sofá de mi casa el momento que un equipo español juegue la primera final de Champions, sentiré ese momento como propio, jugaré con ellas y disfrutaré como ellas. Eso lo sé seguro.

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