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Muñiz, líder del nuevo Llevant de primera

Muñiz, líder del nuevo Llevant de primera

con la tontería ya va para ocho años que escribo semanalmente sobre el Llevant, primero en L'Informatiu, después en Superdeporte y, desde hace tres y medio, para Levante-EMV. Pasa la vida y las temporadas y lógicamente el periodista evoluciona (o involuciona) junto a su columna, pero deben permanecer los principios que la doten de coherencia, interés y credibilidad, y que son, fundamentalmente, críticas ponderadas, sin casarse con nadie, e independencia (y por tanto, permanecer ajeno a las injerencias, con la inestimable ayuda del periódico).

Son muchos los que creen que la plantilla que consiguió el ascenso granota haría un magnífico papel en Primera. Y aún son más los que ven en Muñiz a nuestro particular Alex Ferguson, entre ellos el propio club, que ha apostado hasta 2019 por un entrenador con una experiencia agridulce y efímera en Primera. Yo no estoy tan seguro. Menos de lo primero que de lo segundo. Sé que parece descabellado sacar algún «pero» a quien ha liderado el retorno a Primera, con seis jornadas de antelación, pero, ante el reto mayúsculo de conseguir la permanencia, no hay que olvidar la inmensa fortuna que tuvo el Llevant 2016-17, los penalties a favor, los goles en los últimos minutos, las victorias por la mínima y que los puntales del ascenso resultaron ser Roger y Jason, que despertaban muchas dudas antes de empezar la liga.

El nivel futbolístico de Segunda es inferior cada año, algo que todos comprendieron en Orriols: lo fundamental es fajarse en cada lance, asumir un alto nivel de compromiso, evitar confianzas y grandes expectativas y sobretodo, mantener la tensión competitiva durante muchos meses. Por eso el Huesca ha quedado muy por delante del Zaragoza, por ejemplo. La clave para el éxito granota, por tanto, estribaba en la confección de una plantilla trabajadora y ambiciosa y en la elección de un trainer capaz de sacar lo mejor de cada uno de sus miembros. Primera, sin embargo, exige otro perfil de plantilla, algo en lo que Tito y del Pozo, sin duda, ya están trabajando. Y quién sabe si requería un entrenador distinto, algo que en ningún momento se ha contemplado desde el club.

El Llevant ha anunciado el adiós de Muñoz, Montañés, Insa y Abraham; es probable el de Iván, Saveljich, Verza, Casadesús, Rubén -y Deyverson y Camarasa-, y la incorporación del balear Luna. Se busca un lateral derecho, dos centrales, dos interiores, dos mediocentros, un mediapunta y un delantero, todos de altísimo nivel, al menos. Es obvio que Muñiz no confía en Iván, Saveljich ni Rubén, pese a ser tres buenos futbolistas que hubiesen merecido la continuidad, cuando lo hicieron bien, y la confianza que sí tuvieron otros. En todo caso es muy probable que en Primera sólo sean titulares -de la plantilla que ascendió- Raúl, Róber (si se queda), Lerma, Jason, Roger y tal vez Morales y Campaña, así que el trabajo de construcción acorde a los objetivos y las necesidades de la permanencia se antoja arduo. Tito y del Pozo merecen toda nuestra confianza. Y, pese a lo expuesto, también Muñiz, que, como ya hemos dicho en alguna ocasión, atesora alguna de las virtudes que más valor tienen en el mundo del fútbol, y más aún en un club como el Llevant: sensatez, discreción, constancia.

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