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Camarasa como lección

Camarasa como lección

No me entusiasma que algunos de los futbolistas de mi equipo estén más pendientes de las últimas tendencias en mechas y tatuajes que del cambio climático, el hambre en Malí o la última novela de Lehane, pero todos lo aceptamos y convertimos en héroes a quienes, con un balón en los pies, nos hacen vibrar. No he cruzado jamás una palabra con Camarasa, pero me gustó su forma de entender el fútbol desde la primera vez que saltó a Orriols. Y creo que es de justicia poner un poco de distancia para entender que su caso debería servirnos de lección: hay que gestionar estas cosas de otra forma, desde el club, y evitar maniqueismos, desde la grada, que nos conviertan en una hinchada ramplona. De hecho, me parecen vergonzosas las perrerías que he leído en redes sobre el de Meliana, sobre todo por la frivolidad con que se vierten, más allá de sus virtudes o defectos como persona, algo que desconozco y me interesa lo justo.

Será pitado en Orriols, cuando nos visite el Betis, con saña, como si necesitáramos odiar. Como se silba a otros, por un quítame allá esas pajas? En Orriols a muchos les gusta silbar. En todas partes. Camarasa iba a ser cedido en enero de 2015, pero el club reculó y se convirtió en uno de los puntales de la salvación, con ficha del filial. Esa misma temporada 14-15, Mendilibar, tras su destitución, lanzó un mensaje: hay que cuidar esta hornada de canteranos fantásticos, vino a decir. Algún día estaría bien que el vizcaíno explicara que vio en el backstage de Orriols para verse en la necesidad de hacer esta advertencia. Se refería a Camarasa, Iván y Rubén, sobre todo. También a Morales; Roger y Jason habían sido cedidos.

Es cierto que, pese a su clase y su pedigrí de internacional, Camarasa no acabó de cuajar durante la 15-16, como el resto del equipo, que estuvo gris, descompensado y mal dirigido. Así, una de las mejores plantillas de la historia granota acabó colista. Aquel fracaso fue también el de Morales, Pedro López, Juanfran, Toño, Lerma, Verza, Casadesús o Roger. En la jornada 18, sin embargo, el Llevant visitó el Calderón y, 18 minutos después de saltar, Rubi señaló a un chaval de 21 años, sustituyéndolo tras el gol rival, culpándole por la derrota y, con ello, indultando al resto. Camarasa no volvió a levantar cabeza. Y el Llevant, tampoco.

Consciente de su proyección, se puso gallito y el club le puso, también, la cruz. Su pecado fue no querer seguir en el Llevant, en Segunda, y con la ficha más baja de la plantilla, cuando lo querían en Primera y le pagaban siete veces más. Mientras tanto en Orriols, no dolían prendas por pagar nóminas mediomillonarias a veteranos de escasa implicación y nulo rendimiento. Camarasa va a cobrar un millón por temporada hasta 2022 y es el segundo traspaso más elevado de la historia del Llevant, lo cual permite intuir, incluso a los que estaban más convencidos de ello, que no debía ser ningún paquete y que mereció un mejor trato en «su» club. Es urgente rescatar la advertencia de Mendilibar y revisar el protocolo de actuación con los jugadores jóvenes y prometedores de la casa.

La situación, viciada de forma irreversible, ha sido finalmente desbloqueada de forma magistral. Pero lo deseable sería no volver a llegar a este punto con un jugador de la casa.

Montesinos, leyenda.

Dionisio Montesinos cumple 80 años el próximo 4 de septiembre y la Penya La Unió ha querido homenajear a este homenot del levantinismo, una leyenda del fútbol base y de la cantera granota, tras 46 años al frente de la peña.

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