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Opinión

Un bloque soviético

Un bloque soviético

Sucedió. El Llevant obró la heroicidad de rascar un punto en el Bernabeu. Zidane pecó de soberbia. Rotó al equipo creyendo que ganaría por decreto y no estudió al rival: ignoró el espíritu granota, aguerrido y solidario; sus pupilos ni siquiera sabían que los saques de banda de Iván son balones al área, para escarnio de Carvajal. Tal vez alguna sesión de vídeo y menos horas de peluquería le hubiesen venido bien al Madrid. El Llevant de Muñiz supo sacar partido.

Raúl mereció todos los elogios en su primera actuación tras el fichaje de Langerak, pero lo cierto es que todo el Llevant fue un bloque soviético que secó la creación madridista e instaló la impotencia en las piernas de las estrellas de Chamartín, que apenas crearon ocasiones claras.

Agobiaron lo justo, con córners, tiros lejanos y algunas concesiones arbitrales, como el empate con falta de Sergio Ramos o algún mano o mano iniciado en fuera de juego, pese a la picardía del realizador.

Lo cierto es que, aparte del mono de faena que se enfundó la zaga, hubo trabajo en la sombra a destajo: el de los zapadores Pier y Lerma; el sacrificio defensivo de Campaña, Jason e Ivi, o el ingrato esfuerzo de Alegría y Boateng.

El Llevant de Muñiz dio una lección de fútbol en equipo. El reto es seguir así. Espantar las confianzas antes de que aparezcan y hacer de todo esto, seña de identidad.

Y así, el año vendrá trufado de inesperadas alegrías como la del sábado.

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