A este Levante UD le falta gol. Ayer dejó escapar los tres puntos ante el Alavés, un rival directo por la permanencia, en un partido en el que acabaron sobre el césped los tres delanteros azulgrana, negados de cara a puerta. Los tantos de los exvalenciaistas Munir y Medrán bastaron para que los de Orriols encadenasen su segunda derrota consecutiva. Otro amargo paso atrás.

El dominio territorial del Levante UD en los primeros minutos fue tan engañoso como estéril. Un remate desganado de Alegría, en posición ventajosa dentro del área, y un ajustado disparo de Morales, casi sin ángulo, a raíz de un potente centro de Bardhi fueron las únicas aproximaciones peligrosas de los azulgrana ante un Alavés que optó por dejar hacer a los de Muñiz hasta la zona de tres cuartos. Ahí, con Bardhi cercado y Campaña poco inspirado, al Levante UD se le apagaban las luces.

Además, Samu, una de las novedades en el once, pidió el cambio, lesionado, antes del primer cuarto de hora. Sin Jason ni Ivi en la convocatoria, Luna entró para estrenarse como extremo por la izquierda y Morales pasó al extremo derecho. No cambió nada.

El Alavés de De Biasi aprovechó para comenzar a ganar terreno y halló en los centros laterales al corazón del área el talón de Aquiles del Levante UD. Munir, ayer delantero centro de los vitorianos, marró dos ocasiones clarísimas en boca de gol ante el desbarajuste de la defensa granota. En la primera, Raúl atajó su remate a bocajarro. En la segunda, fue el travesaño el que se encargó de repeler el esférico.

A la tercera, sin embargo, vino la vencida. Pedraza, potente y habilidoso, bajó un balón llovido cerca del área. Buscó a Pedro López para retarle en el uno, del que salió victorioso. Tuvo el tiempo justo para rasear el cuero hacia el segundo palo, donde, ahora sí, Munir remachó a la red sin oposición.

Muñiz, muy activo en la zona técnica, no dejaba de pedir a sus futbolistas que aumentasen la intensidad y el ritmo del juego, pero el Alavés, con el resultado a favor, supo pertrecharse bien atrás y comenzó a jugar con los tiempos. El Levante UD acusó un bloqueo generalizado que se trasladó al Ciutat de València, inquieto.

Cambio ofensivo

Muñiz dio entrada a Boateng en el descanso y mandó a la ducha a Róber, algo desubicado, y el equipo pasó a jugar con un 4-4-2. Un mensaje nítido en busca de la remontada ante el que De Biasi plantó una defensa con cinco futbolistas. El Levante UD jugó más alegre, con más riesgos, pero con pocas ideas. Morales se multiplicó, pero la dupla Alegría-Boateng no terminó de acoplarse. A media hora del final, Muñiz quemó todos los cartuchos y sacó a Nano (por Pedro López) para jugar con los tres delanteros.

El bombardeo al área de Pacheco fue constante pero infructuoso. El Alavés pudo sentenciar por medio de Pedraza, que falló un mano a mano con Raúl. Medrán, poco después, no perdonó y mató el partido ante la incomparecencia de la zaga levantinista. Duro revés en Orriols.