El run run de la preocupación comenzó a escucharse en Orriols tras el inesperado tropiezo liguero ante el colista Alavés. El Levante UD perdía 0-2 y cosechaba su segunda derrota consecutiva en la Liga tras la goleada encajada ante el Betis. No todo podía ser tan bonito.

El inicio de campeonato había sido plácido, se hablaba del conjunto azulgrana como la revelación del campeonato doméstico, pero los dos últimos encuentros no eran sino un baño de realidad. La Primera división, y pese a que el equipo es décimo en la tabla, no es un camino de rosas.

Aún así, el histórico pesimismo levantinista todavía no ha asomado. Hay cierta duda y preocupación en el entorno, porque además los fichajes no juegan y la delantera no responde, pero hay margen de confianza. El trabajo de Muñiz es bueno. Los números no son tan malos. Tirar de estadística siempre es una buena aliada y si se mira la clasificación hay diez equipos por detrás.

Por este motivo, desde el club se invita al optimismo. El Levante aún mantiene la sonrisa y la mejor noticia es la recuperación de los lesionados. No hay mejor terapia para salir de un bache que ganar partidos. Pero poder contar con futbolistas titulares que estaban en el dique seco también es un refuerzo anímico.

Para el partido ante el Espanyol Muñiz podrá contar con Lerma, Ivi e Iván López, por lo que la enfermería quedará reducida a Jason, Roger y Samu García. El primero no podrá reaparecer hasta finales de noviembre, Samu tiene para tres semanas, y Roger no volverá hasta el año que viene.

Lerma, Ivi e Iván López son titulares para Muñiz. El entrenador ha contado con ellos de inicio cuando han estado en condiciones. El técnico asturiano, pese a las dos derrotas, no es amigo de realizar cambios profundos en el equipo, por lo que el regreso de estos tres jugadores no es sino un baño de agua bendita.El colombiano Lerma es un pilar en el centro del campo, Rober Pier no estuvo acertado ante el Alavés, mientras que Ivi aporta desequilibrio y gol.