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Prefiero la autocrítica

Prefiero la autocrítica

Urge empezar a sumar de tres en tres. Para recuperar la ilusión, en todos los estamentos, y para ahuyentar fantasmas. No hagan caso a los discursos oficiales: existe preocupación, más que por los resultados, que también, por las sensación desde el correctivo del Betis. Es imprescindible que el Llevant sume un triunfo que se le resiste hace cinco jornadas, ante rivales de «su» Liga. Muñiz ha pedido el apoyo de la afición en rueda de prensa, tal vez un poco alarmado por los silbidos durante los últimos compases de la primera mitad contra el Getafe. Como siempre digo en estos casos, preferiría autocrítica que recriminaciones veladas a una afición siempre soberana.

Muñiz es un buen entrenador, pero no tiene un cheque en blanco. No es un gran comunicador, aunque esto casi me tranquiliza: prefiero hombres humildes y perseverantes, como él, que lenguaraces y postureros, como algunos que hubo antes. Sin embargo, no debería meterse en jardines. En las buenas o en las malas, el levantinismo va a estar siempre y si se oyen pitos es mejor preguntarse el porqué que recriminarlo. De poco sirven los mensajes alambicados que tratan, en el fondo, de recriminar actitudes críticas. Enrarecen el ambiente y no ayudan en nada.

Pero hablemos de fútbol. ¿Qué causas han motivado el desastroso Llevant que hemos visto en los últimos cinco encuentros, en los que se han sacado tres de quince puntos cuando las expectativas estaban más pronto entorno a nueve? No es que el Llevant tenga que ser el Tottenham de la Liga, pero lo que no se rasque contra rivales asequibles, se lamentará ante otros menos accesibles. Y, además, las dinámicas negativas en el fútbol pueden hacer mucho daño. Y€ ¿cuáles son las causas?

Desde el Villamarín el Llevant ha mostrado una alarmante fragilidad defensiva, especialmente en banda derecha y en el marcaje de los centrales. Con el regreso de Lerma las cosas mejoraron. El problema es que apenas puede cumplir sus funciones en la medular, sin andar apagando fuegos en la retaguardia. Hay problemas también en la creación ofensiva; sin embargo, por momentos, se han mostrado chispazos que entroncan con los mejores momentos del año. En todo caso, la incorporación de Ünal se antoja esperanzadora, en este sentido.

En algunos momentos, sobre todo durante la segunda parte ante el Getafe y en Girona -con medio equipo reserva-, Muñiz pareció dar con la tecla para cambiar las cosas y sacar, de nuevo, el máximo partido a una plantilla con un potencial enorme. Veremos qué nos ofrece hoy, ante un rival muy bien armado tácticamente.

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