El Levante UD Lo dio todo para empatar e incluso para ganar al Athletic en un partido de pundonor. Pero en Primera, el orgullo no es suficiente.

Todo empezó a irse al traste a los tres minutos. Postigo, un central empequeñecido esta temporada por las dudas, no supo despejar un balón llovido en la frontal. Aduriz, el más listo de la clase, se lo robó con astucia y con un gesto de clase se inventó una asistencia para Raúl García en el área. De Marcos leyó la jugada y se desmarcó en el segundo palo. Cuando el cuero le llegaba para remachar, Toño no pudo más que frenarle con un empujón que el árbitro consideró penalti y que Aduriz transformó en el 0-1.

Una vez más, el Levante UD tuvo que jugar a remolque del rival, cómodo con la ventaja en el electrónico. Los de Muñiz, necesitados de puntos y triunfos en Orriols, volvieron a carecer de recursos futbolísticos para hacer daño en campo contrario, pese a que Ziganda mandó replegar a los suyos en busca de más espacios a la espalda granota.

Susaeta y De Marcos, partiendo desde las bandas hacia zonas interiores, fueron un quebradero de cabeza para el centro del campo levantinista, comandado por un jovencísimo Hacen, al que todavía le faltan kilómetros de competición. Campaña y Bardhi se perdieron entre camisetas rojiblancas. Sólo emergieron en las jugadas a balón parado. En una falta lateral centrada por Campaña, el rechace favoreció a Postigo, quien efectuó una inocente chilena en busca del empate. Fue el primer susto para Kepa.

Una jugada después, el Atheltic, con Mikel Rico a los mandos del centro del campo y repartiendo pases a placer, encontró a De Marcos en pleno desmarque de ruptura. Su remate se marchó alto por poco y desató los primeros silbidos de la grada, angustiada al ver la pobre reacción de los de Muñiz.

Con el paso de los minutos, el Levante UD entró en calor y metió al Athletic atrás. Una combinación de Ünal con Jason dejó a Bardhi un balón franco cerca de la frontal. Su zurdazo se marchó cerca de la escuadra de la meta de Kepa.

En el 37, Muñiz dio un giro inesperado al partido. Dio entrada a Boateng por un superado Hacen, ovacionado por el Ciutat en su camino hacia los vestuarios. Con este movimiento de piezas, el Levante UD se fue de forma descarada a por el empate a falta de más de 50 minutos de juego. Una vida.

El ghanés tuvo dos ocasiones clara nada más entrar. En una falló, inexplicablemente, delante de la portería en un remate a la media vuelta. Diez segundos después, su testarazo era repelido por una mano soberbia de Kepa. Pese a los errores, Boateng encarnó la esperanza de Orriols.

Más todavía cuando Ivi entró en el descanso por Shaq. Morales pasó al lateral derecho para dejar arriba a Ivi, Jason, Ünal y Boateng. Toda la artillería estaba en el césped. Encorajado, el equipo se volcó a por el gol y el Athletic cerró filas, por primera vez, sufriendo.

Pero las ocasiones no llegaron y el cansancio niveló las fuerzas. La medular granota comenzó a flaquear y con espacios el partido se volvió loco. De área a área, sin tregua, y con un Morales desatado en ataque. En una de esas, la electricidad de Ivi se convirtió en un centro chut que entre Ünal y Laporte remataron a la red sobre la línea de gol.

El empate fue un alivio y una chispa con la que Orriols prendió, deseoso de ver a su equipo ganar. El Athletic estava herido, pero sus zarpazos seguían. Un minuto después de encajar la igualada, Mikel Rico estrellaba un derechazo en la madera.

El Levante UD acarició el tanto de la remontada, pero entonces llegó la jugada del infortunio. Con varios futbolistas tendidos sobre el césped, el Athletic atacó por su lado izquierdo. El centro de Mikel Rico rebotó en Postigo y el balón entró manso en la portería de Oier par adelantar de nuevo a los leones, mantener la mala racha en Orriols y encender las alertas de cara al mercado invernal. En los últimos minutos el Athletic supo enfriar el juego hasta el pitido final.