Si la Copa sirve para ilusionarse, el Levante UD la llenó ayer hasta rebosar. Un juego sólido, compacto y valiente en muchos momentos, sumado al atrevimiento de Morales, firmó un triunfo que deja a los de Orriols al borde de los cuartos de final y, aunque no sume puntos para la Liga, calma los nervios de las últimas semanas.

El Levante UD, en su línea esta temporada en los partidos lejos de Orriols, afrontó los primeros minutos con valentía, con ganas de tocar el balón en campo contrario. Con un once prácticamente titular en Liga, los de Muñiz adelantaron líneas y se hicieron con el control del partido. Un calco del primer tiempo en el Pizjuán. De hecho, el Espanyol se limitó a tratar de hacer daño con balones largos a la espalda de Cabaco y Postigo, un espacio que atacaron veloces Sergio García, Piatti y Gerard Moreno.

La posesión granota no lograba traducirse en ocasiones claras, pero si permitía jugar cerca de la frontal espanyolista. A los 12 minutos, un centro de Samu fue rechazado dentro del área por Víctor Sánchez ayudándose con la mano. Fernández Borbalán miró para otro lado.

El dominio del Levante UD, con un notable Coke en el lateral derecho y un incisivo Campaña, fue apagándose poco a poco, pese a que Bardhi rozó el gol con un potente zurdazo tras un genial recorte con la derecha.

El macedonio, no obstante, pecó de ingenuo poco después al dejar que Granero sacase rápido una falta que parecía inocua. El «pirata» habilitó a Piatti, que desde el costado izquierdo puso un centro medido para que Gerard Moreno rematara a placer con la cabeza y anotara el 1-0. El fallo de concentración del Levante UD parecía desequilibrar fatalmente la eliminatoria, pero los azulgrana reaccionaron a tiempo y antes del descanso firmaron el empate. Fue mediante el penalti que transformó con mucha clase Morales, como consecuencia de otra mano clara de Víctor Sánchez, esta vez para interrumpir un disparo de Campaña que iba camino del gol. La afición local protestó la jugada al entender que el balón había salido antes por la línea de fondo, pero Borbalán señaló el punto de los once metros.

Tras el paso por vestuarios, el Levante UD se encontró con una oportunidad inmejorable para marcar el segundo, pero Boateng, mano a mano ante Diego López, falló de manera incompresible.

El Espanyol respondió con tres aproximaciones prácticamente consecutivas. En una de ellas, Sergio García se topó con la madera. Muñiz advirtió los síntomas de fatiga en su equipo y empezó a mover el banquillo. Doukouré entró por Bardhi para oxigenar el centro del campo y frenar el ritmo del Espanyol.

El partido comenzó a trabarse y el ambiente en Cornellà, crispado desde la jugada del penalti del Levante UD, terminó por calentarse con cada balón dividido. Aumentó el voltaje del partido y eso superó al colegiado. Piatti mereció ser expulsado puesto que con una amarilla, arrolló de forma clara a Coke. Borbalán, de nuevo, se desentendió de la jugada. Quique olió el peligro y lo sacó del campo para que entrara Baptistao, mientras que Muñiz daba minutos a Ivi por un difuso y discreto Samu.

A un cuarto de hora pra el final, cuando todo apuntaba al enésimo empate, Morales emergió de la nada. El madrileño convirtió una pérdida de Naldo en una contra en la que era él contra el mundo. Y ganó. Con persistencia, habilidad y algo de fortuna, Morales se burló de la defensa rival y sirvió en bandeja el tanto del triunfo a Ivi, que no falló a embocar desde el punto de penalti para sumar la diana de la victoria y abrir de par en par la puerta de los cuartos de final de la Copa.

Baptistao buscó el empate con un disparo lejano, pero el poste salvó al Levante UD, como Raúl Fernández, que sacó una mano prodigiosa en el tiempo añadido.