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La ilusión en el aire

La ilusión en el aire

El punto «in extremis» de Riazor sirvió para tres cosas: para que el Llevant no cayera en descenso (está ahora a dos puntos, tras haber dilapidado una renta de ocho, con una victoria en 16 partidos), para no tener perdido el «goal average» con el Deportivo, y para que Muñiz salvase el cuello. Dos chispazos de inspiración de Ivi lo hicieron posible. Sólo el míster ofreció una lectura positiva del empate. Para el resto de mortales, la enésima decepción, otra oportunidad perdida.

Hace meses que muchos pedían a gritos un atacante -o cuatro, los que finalmente han llegado-, pero la delantera, con Roger afilando las garras, es el menor de los problemas de un equipo que no juega a nada, ni siquiera ante un rival hundido y con diez durante 60 minutos: carencias defensivas, desajustes tácticos, nula estrategia a balón parado, escasez de ideas en ataque? Muñiz no consigue que el Llevant funcione, pese a contar (incluso antes de las incorporaciones) con una plantilla bastante mejor de lo que indican los resultados y la tabla clasificatoria. Son asuntos del negociado de un entrenador, que no puede resolver un director deportivo.

Bienvenidos sean, por supuesto, Iván Villar, Koke Vegas, Fahad, Pazzini, Sadiku y Rochina, que mejoran las prestaciones de la plantilla, pero, si dejamos a un lado las especiales circustancias de la llegada del saudí y a los dos porteros, sorprende que se firme a tres atacantes, teniendo ya a Roger y a Boateng, y no se haya traído a nadie para la media punta, para la zona de creación o para el centro de la defensa.

Ojalá el Llevant sea capaz de puntuar ante el Madrid y en Mestalla, dos retos mayúsculos, hoy por hoy. Ojalá los recién llegados ofrezcan un gran rendimiento. Ojalá la realidad dé un giro copernicano y el once granota empiece a mostrar otra imagen. Pero más allá de los deseos, hace tiempo que la situación invitaba a un relevo en el banco y a firmar a un central, tal vez un media punta y un organizador, y un delantero para cambiar de rumbo, frenar la deriva y devolver la ilusión a todo el levantinismo. Los médicos advierten que a veces los analgésicos son peligrosos, ya que evitan que se manifieste la enfermedad y, por tanto, se le pueda poner remedio. Ojalá los fichajes no lo sean. Y si lo son, recemos para que en el club no se den cuenta demasiado tarde.

VIVEROS-VALLEJO.

Esta peña levantina, presidida por Manolo Peris, cumplió quince años esta semana (2003-2018). Se reúnen en el Bar El Pincho, justo donde Toni Calpe corría la banda de blaugrana, donde estaba el vetusto Vallejo.

TONI CALPE.

En la previa del partido ante «el otro» equipo de su vida, el Llevant ha querido rendir tributo al legendario lateral grauero con el vídeo «Antonio Calpe, leyenda del Levante UD» (buscar en google o youtube con este título) en que participamos el historiador Emilio Nadal, la periodista Yolanda Damià y yo mismo. Enhorabuena al club por la iniciativa.

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