El Levante UD se ha derrumbado hoy en Anoeta, en un partido en el que ha sido muy inferior a una Real Sociedad que arrastraba muchos problemas en la Liga y que tuvo un exigente partido europeo el pasado jueves. Los de Muñiz encajaron el primer gol de la mañana en el minuto 10 tras un penalti infantil de Lukic y, a partir de ahí, se disolvieron como un azucarillo frente a los donostiarras, muy superiores. Con el 3-0 final y la paupérrima imagen de los azulgrana, el futuro de Muñiz en el banquillo levantinista está más que amenazado.

El primer tiempo fue un plácido paseo para la Real Sociedad, necesitada de puntos para alejarse de la zona de descenso. El Levante UD, muy atrás desde el primer minuto, era incapaz de combinar más de dos pases consecutivos, mientras que los donostiarras detectaron pronto que la banda izquierda grandota era una laguna en la que todo el sistema defensivo azulgrana se hundía. Dese allí surgió, a los diez minutos de jugo un centro bombeado al segundo palo en el que Lukic, en plena pugna con Agirretxe, decidió agarrar de la camiseta de manera infantil al delantero vasco, justo delante del árbitro, que señaló uno de esos penaltis que no siempre se señalan, pero que son. Xabi Prieto transformó la pena máxima, pero en la ejecución del disparo se lesionó, al parecer, con un tirón muscular en la pierna derecha. Canales entró en su lugar.

Con el gol, la Real jugó a placer mientras el Levante UD se hacía más pequeño que nunca. Odriozola, con la ayuda de Oyarzabal y Canales, fue una perforadora en la banda derecha que nadie supo tapar. Sólo la falta de acierto en los últimos metros de Agirretxe o Juanmi mantenía con vida a los de Muñiz, impotentes al verse

incapaces de pisar el área rival.

Poco antes del descanso, en la enésima jugada a la espalda de Luna, Canales se inventó un taconazo en el área que descolocó a Doukouré. Con metros para pensar, centró al segundo palo donde apareció Juanmi a la espalda de Coke para rematar de manera acrobática y aumentar la ventaja de los guipuzcoanos, muy superiores hasta entonces. Hasta el descanso, la Real levantó un poco el pie del acelerador, pero el Levante UD seguía ofreciendo muchísimas facilidades defensivas.

Tras el paso por los vestuarios, Muñiz apostó por jugar con dos delanteros. Roger entró al campo por Lukic, muy desafortunado y, además, amonestado. Ese cambio táctico vino acompañado de una nueva actitud. La intención era invadir el campo real y encerrar a la Real. Pero sólo fue una intención. El Levante UD tuvo más el balón, pero los blanquiazules se encontraron con más espacios y gracias a Canales, muy inspirado, el ataque donostiarra se comió a los azulgrana.

Con Mazzini desesperado, con Campaña perdido, con gran parte del equipo ya con los brazos bajados, Canales apareció en el área. Controló un balón imposible lanzándose al suelo, recuperó la verticalidad y primero con un recorte y luego con un taconazo, se deshizo de Chema y Luna. Luego remató raso y colocado para batir a Oier y matar el partido. El Levante UD se derrumbaba, y aún faltaba media hora por jugarse.

Saltó al césped Rochina y Boateng, de nuevo para que los de Orriols jugaran a la desesperada, como ha hecho en las últimas jornadas, pero las sensaciones fueron más que negativas. Dos aproximaciones tímidas de Rochina y Doukouré, un posible penalti de Rulli a Rochina en una salida ante el de Sagunt y un testarazo de Jason al palo a la salida de un córner completaron el balance ofensivo de los de Muñiz frente a una Real más que relajada. Incluso Boateng pudo maquillar al final el marcador tras una salida dubitativa de Rulli. Ni eso.

Pobre imagen la de un Levante UD que sigue cosechando derrotas, se mantiene dos puntos por encima de la zona de descenso pero genera muchas dudas y da síntomas de ir cada semana a menos. Ya son 19 jornadas con solo una victoria.