Con la soga de la destitución anudada al cuello, Juan Ramón López Muñiz dispone de cinco entrenamientos para recuperar la confianza del vestuario granota antes del partido frente al Betis (lunes, 21.00 h.), la primera reválida para el técnico, con el crédito bajo mínimos.

Y es que, pese a la imagen de unión que escenificó aquella montonera en el córner de Orriols tras el gol de Pazzini al Madrid, el nerviosismo se ha instalado en la caseta azulgrana, en la que han aparecido las dudas.

Así quedó reflejado sobre el césped de Anoeta, donde se pudo observar un constante intercambio de reproches entre los futbolistas.

« En el descanso ha habido algún gesto y todos lo hemos hablado. Aquí­ todos sufrimos. Nos hemos equivocado en muchas cosas. Ha sido un partido horroroso. Hay que enganchar a la gente, que la gente vea que tenemos hambre. La gente está motivada, esperaba que fuera un gran día. Han sido errores tácticos, nos ha faltado intensidad, nos hemos quedado en tierra de nadie, nos han superado en todas las líneas», reconoció Oier al término del encuentro.

La desconfianza del equipo en San Sebastián no pasó desapercibida para la directiva del club, preocupada por los resultados y la actitud de los jugadores, tal como advirtió el presidente, Quico Catalán, tras la reunión del consejo el pasado lunes en la que se discutió sobre la destitución del técnico, finalmente descartada a instancias del director deportivo, Tito.

«La plantilla debe de estar triste, como estoy yo. Lo que necesita es sacar el máximo rendimiento y saltar al campo convencida. La imagen del equipo en Anoeta fue triste. Si algo tiene la plantilla es que es un vestuario noble, trabajador, de gente comprometida, que seguramente se está equivocando pero tiene voluntad plena de corregir las cosas. Tenemos que ayudarles, ilusionarles y motivarles para que se sientan futbolistas y saquen todo lo que llevan dentro. Es el trabajo que hay que hacer entre todos, el mister el primero, la dirección deportiva, el presidente...», explicó Catalán.

Curiosamente, el que más aspavientos efectuó durante el partido ante la Real Sociedad fue Pazzini, visiblemente disgustado por la lejanía de su posición respecto el área rival. El italiano, la gran esperanza goleadora para el tramo final de la temporada, no dudó en recriminar a sus compañeros su posicionamiento sobre el campo.

Por todo ello, el lunes pasado, en el primer entrenamiento tras el correctivo en Anoeta, la Ciudad Deportiva de Buñol acogió varias charlas de los técnicos con futbolistas con peso específico en la plantilla, com José Luis Morales.

De hecho, el madrileño, portador ahora del brazalete, fue el primero en hacer públicos algunos desencuentros en el vestuario tras la eliminación en Copa contra el Espanyol en Orriols.

«Alguno creía que bajando del autobús tenía la eliminatoria pasada. Si sales al campo a pasearte primero te ganan, tu gente te silba y es lo que te mereces. Que cada uno se mire lo suyo y deje de mirar al compañero antes que lo suyo», declaró el capitán.

Antes de Navidad, el cuerpo técnico decidió recurrir a los servicios del psicólogo deportivo de la escuela del club, consciente del bloqueo que atravesaba el equipo entonces.