Erik Cabaco (Montevideo, 1995) ha pasado de ser un suplente con mínimas expectativas de jugar a ser un futbolista de peso en el resurgimiento del Levante UD. Un jornalero que ha irrumpido en el equipo en el momento que más exigía un defensa de su perfil: limitado técnicamente, es cierto, pero con un carácter guerrero muy oportuno para situaciones complicadas. Mermada la defensa del Levante UD, el uruguayo se ha ganado el puesto en el eje central. Su talante competitivo, su habilidad para transmitir fortaleza mental al resto de la tropa, le han dado un papel por el que nadie hubiese apostado hace unos meses. Ahora es un central indiscutible.

Cabaco se limitó a jugar los partidos de Copa, casi por obligación moral de Juan Ramón López Muñiz, y a aparecer con mínima frecuencia en la Liga en algunas segundas partes. Siempre estuvo por detrás de Chema, Postigo y Róber Pier. Tal era la poca confianza en él, que el club estuvo cerca de fichar otro central en enero. No lo hizo y, seguro, que ahora lo agradece. La lesión de Postigo en el partido ante el Betis, hace 4 jornadas, le abrió inesperadamente las puertas de la titularidad. Apareció en la visita al Alavés y ahí se ha quedado. Sus actuaciones posteriores ante el Espanyol, Getafe y Eibar han sido contundentes. El entrenador, Paco López, y la grada, valoran su entrega. Comete errores, como el despeje a córner en la jugada del gol del Eibar. Una acción en la que el uruguayo se encontraba solo, sin ninguna oposición, y tenía otras alternativas. Pero después es capaz de meter la cabeza para evitar un remate donde otro no lo haría.

El carácter de Cabaco mostró su fuerte personalidad en el entrenamiento del Levante UD del pasado 28 de febrero, tras la derrota ante el Betis que situaba al conjunto azulgrana al borde de la zona de descenso. Un grupo de aficionados granotes y el defensa uruguayo se enfrentaron durante el partido amistoso disputado en Buñol ante el UFA. En un lance del encuentro, los hinchas recriminaron al uruguayo una acción y este fue el único miembro de la plantilla que les respondió. Los seguidores le replicaron: «A jugar y a callar».

Erik Cabaco llegó el verano pasado como uno de los último fichajes, cedido por el Nacional de Montevideo. Antes de su llegada, el director deportivo, Tito, había anunciado que el club iba a adquirir un defensa con jerarquía. El central uruguayo, que en abril cumplirá 23 años, no tiene apenas recorrido en el fútbol europeo. Jugó cedido la pasada temporada en el Nancy francés, equipo que quedó último de la Ligue 1 y descendió de categoría. Cabaco jugó 20 partidos, de los cuales fue titular en 18.

Con el lateral Toño lesionado para lo que resta de temporada y Postigo para al menos dos semanas, Cabaco aprovecha ahora la oportunidad de su vida.