El Levante UD ha caído ante el Atlético de Madrid (3-0) en el Wanda Metropolitano ante un rival que evidenció su superioridad y su posición en la tabla. Sin embargo, el conjunto de Paco López ofreció una buena imagen y, pese a la derrota, todavía

tiene un colchón de cinco pùntos sobre el Deportivo. Los gallegos son el conjunto que va a ser su gran rival en la lucha por la salvación.

No tardó en verse el guión del partido. El Atlético salió dispuesto a disfrutar de la posesión del balón y a buscar la portería de Oier con todos sus efectivos. El Levante, por su parte, basó todo su sistema en una buena disposición sobre el terreno de juego y una defensa sólida. Por este motivo, a los veinte minutos del encuentro, el monólogo del Atlético fue constante llegando con peligro al área azulgrana. Los de Paco López no lograban mantener el balón, y de esas pérdidas nacieron las mejores ocasiones de gol de los locales.

A la media hora de juego, el Levante seguía sobreviviendo en el Wanda. Pero la cosa no pintaba bien. Parecía que tarde o temprano llegaría el gol. Y así fue. A los 32 minutos, un detalle de calidad de Correa sirvió para sentar a tres defensas del Levante y marcar el 1-0 tras batir a Oier que nada pudo hacer con el disparo del rival desde dentro del área pequeña.

Los planes del Levante UD cayeron como un castillo de naipes. Si el plan era defender el resultado, un empate que hubiera sido valioso, el gol del Atlético cambiaba el panorama. Los azulgrana tenían por delante un reto mayúsculo, el de tratar de marcarle un gol a una de las mejores defensas de la Liga. Porque la retaguardia del Atlético no hace prisioneros. Morales lo intentó, encontró en el debutante Aly una buena salida por la banda, pero con muy poca pegada. El Levante estaba siendo valiente, porque se fue a por la igualada, pero le faltaba acierto en el remate. En el minuto 40, el Atlético pidió penalti sobre Griezmann tras un contragolpe rojiblanco, pero el árbitro estuvo valiente a la hora de no pitarlo y sacarle la tarjeta amarilla al francés. Al descanso se llegaría con ventaja por la mínima del Atlético.

Paco López decidió mover el banquillo en el descanso. No le tembló el pulso a la hora de hacer cambio e hizo dos de golpe. Dejó fuera a Jason, muchas pérdidas de balón, y a un desaparecido Sadiku para dar entrada a dos jugadores como Bardhi e Ivi para buscar un juego más asociativo y meter mayor mordiente ofensiva. Pero en dos minutos los planes se volvieron a ir por los suelos cuando Griezmann marcó uno de los golazos de la jornada. El francés llegó en segunda oleada para mandar a la red un "pepinazo" ante el que Oier no pudo hacer nada.

Tras el segundo gol, la igualada parecía misión imposible. El Atlético comenzó a dosificarse y el Levante intensificó su ataque. Estábamos en otro partido. Los de Paco López ofrecían una buena imagen pero les faltaba el acierto para poder lograr, al menos, acortar distancias. Morales era su mejor estilete. En la recta final del encuentro, el Levante se fue hacia arriba con todo. Y el Atlético marcó el tercero al contragolpe por medio de Fernando Torres. El Levante, que cayó de pie, acabó el partido en el área de Oblak.