Los feligreses de Xàbia están encantados con el vicario de la iglesia de Sant Bertomeu, Julián Puras. No quieren que se le traslade a otra parroquia. De ahí que hayan redactado una carta, a la que ha tenido acceso este diario y que ya está avalada por unas dos mil firmas, que dirigirán al arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares. Le piden que «si está en su mano» el sacerdote continúe en la parroquia de Sant Bertomeu, dado que «está realizando una labor pastoral muy buena, además de ayudar a nuestro párroco enfermo [Vicent Gilabert], cada vez más debilitado».
Los feligreses matizan que el traslado es «una decisión personal de él», pero piden al cardenal que les ayude a hacerle cambiar de opinión. «Es una persona muy querida en el pueblo por su cercanía», se indica en la carta. Los firmantes inciden en que «visita semanalmente a los enfermos» y no hace excepciones con nadie. Es, subrayan, «todo un pastor como quiere nuestro Papa Francisco».
También aseguran que el vicario ha renovado la liturgia en Xàbia. «Su llegada aquí fue una novedad y una bocanada de aire fresco». Los feligreses indican que este sacerdote ha sabido transmitirles «el mismo mensaje, pero con distinta forma, y eso hace que llegue a todos el Evangelio».
La parroquia de Sant Bertomeu ha vivido épocas de divorcio con los vecinos. Muchos de ellos no entendieron que el párroco Vicente Gilabert inscribiera el 16 de agosto de 2009 el templo gótico, que es del siglo XVI, a nombre del Arzobispado de Valencia. La diócesis se convirtió, invocando un artículo 2006 de la Ley Hipotecaria (una norma de la época franquista), en dueña de un templo que hasta 1960 había figurado en el inventario de bienes municipales.
Ese gesto le granjeó al sacerdote titular de Sant Bertomeu algunas antipatías. Ahora muchos feligreses consideran que el vicario es más cercano al pueblo.
