Los alcaldes más veteranos están en el alambre. Las últimas elecciones se han llevado por delante a munícipes que parecían tener la varita mágica para encadenar mayorías absolutas. Ximo Ferrando, alcalde desde hace 14 años, cederá el poder al pacto de PSPV y Compromís. Ferrando ha pagado caro su «me voy pero me quedo». Hace unos meses, anunció que ya no iría de candidato y alegó, precisamente, que tras 14 años en el cargo, debía dejar paso a la renovación. Luego reculó. Afirmó que el partido y los vecinos le pidieron que se lo pensara mejor. Su victoria por la mínima es ahora frustrante.

Miguel González, munícipe de El Verger desde hacía 12 años, también era de esos alcaldes que parecían inmunes al fracaso electoral. Pero, aunque ha sido el más votado, ha bajado a tres ediles y ha empatado a concejales con PSPV y también con Compromís. Los candidatos de estos partidos, Ximo Coll y Basili Salort, iniciarán la próximas semana las reuniones para formar gobierno.

Curiosamente, otros alcaldes longevos que llevan año gobernando con mayorías simples están en mejor disposición de repetir. Es el caso de Juan Bautista Roselló, munícipe de Benissa (también del PP). Lleva 16 años en el cargo. Siempre ha encontrado aliados. Ahora sólo podría desbancarlo un cuatripartito con Reiniciem Benissa, PSPV, Compromís y Ciudadanos. Jaume Ivars, de Els Poblets, es alcalde desde hace 12 años. Está en las mismas. Un pacto de izquierdas junto a un independiente puede desalojarlo. Pero Ivars está acostumbrado a lidiar con esta situación.