El Ayuntamiento de Calp tiene razón cuando advierte de que es imposible ponerle puertas a la montaña. El Penyal d'Ifac es, por muchas cancelas que se coloquen en su senda, un coladero.
Los excursionistas no se han tomado muy en serio lo de llegar hasta el túnel, que es donde se ha cerrado la senda, y dar media vuelta. Casi todos se cuelan por debajo del precinto situado en la entrada al túnel. Cuando asoman por el otro lado, se encuentran el muro y la cancela. El efecto disuasorio es más potente. Pero más de uno ya ha saltado la puerta y se ha adentrado en la senda prohibida.
De la antigua senda, ya queda poco. La conselleria, al cerrarla, ha retirado las cuerdas que ayudaban a superar los tramos más peliagudos. También ha quitado la señalización y ahora es fácil perder el camino.
Mientras que el gobierno local (PP y Alternativa Popular) pidió ayer a la conselleria de Medio Ambiente la convocatoria urgente de la junta rectora del parque natural, la oposición empieza a poner el grito en el cielo. El portavoz de Compromís, Ximo Perles, culpó ayer a los populares del cierre del Penyal, dado que «durante 20 años de gobierno en la Generalitat no han realizado las tareas de mantenimiento». Perles aseguró que su partido se ha puesto en contacto con el nuevo Consell para lograr inversiones.
