Los vecinos de Xaló ya saben lo que es abrir el grifo y que no salga ni un hilillo de agua. Pero las restricciones son hasta ahora a cuentagotas. El ayuntamiento ha decidido cortar dos noches a la semana el suministro. Ha constatado que los depósitos, dado que en este mes se ha disparado el consumo, no se recuperan. Para evitar falta de presión e incluso que el agua no llegue a las zonas más altas del municipio, el consistorio ha optado por cortar dos noches el agua y así facilitar que los depósitos se llenen. El portavoz del gobierno local, Gerard Fullana, de Compromís, se mostró ayer convencido de que las restricciones no irán a más.

Los vecinos han estado esta semana sin agua las noches del martes y la de ayer. El suministro se interrumpe a las 23 horas y se restablece a las 6.30 de la mañana. Los depósitos se llenan en esas horas y el abastecimiento se puede realizar con cierta normalidad durante el resto de semana.

Desde mediados de abril, tanto Xaló como Llíber (nos 4.000 vecinos en total) están sin agua potable. Una analítica del centro de salud pública de Dénia detectó entonces que los cloruros (la salinidad) del pozo de Llíber, que es el que soporta el 80 % del suministro de Xaló, se había disparado. El alcalde, Joan Miquel Garcés, emitió un bando en el que desaconsejaba consumir el agua de la red.

Más que por la sequía, estos problemas responden a las deficiencias en la red de abastecimiento de Xaló. Las fugas provocan que se pierda prácticamente el 70 % del agua. Además, por el término municipal pasa una conducción, la de Benigembla a Benissa, que sí lleva agua de calidad, pero a la que Xaló no está conectado. El ayuntamiento ha conseguido que la diputación se moje en los proyectos de renovación de la red. La diputación ha dado vía libre a una inversión de 354.000 euros en proyectos de suministro y el consorcio de aguas de la Marina Alta destinará otros 210.000. Pero las obras no estarán este verano.