La ladera sobre la que se asienta Pedreguer había recuperado el verdor tras el incendio que hace 22 años la arrasó por completo. Pero ayer esta montaña, la Muntanya Gran, quedó otra vez tiznada de negro. A las 15.15 horas, comenzó un incendio en las inmediaciones de la Capella de Sant Blai. Todo apunta a que pudo originarse por una colilla de cigarro mal apagada. De hecho, donde se inició, en una explanada que hay detrás la ermita, suelen acudir vecinos a fumar. Con todo, tampoco se descartaba que pudiera ser intencionado.

Las llamas enseguida se volvieron incontenibles. Una patrulla de la Policía Local llegó a toda prisa. Pero el fuerte viento ya empujaba el fuego montaña arriba. Al tiempo que avanzaba hacia la Creueta de la Llagosta (esta ladera quedó totalmente calcinada), también se propagaba en paralelo a las casas que están en la parte alta de Pedreguer. El fuego se quedó a unos 50 metros de las viviendas. Protección Civil desalojó a una anciana con problemas de movilidad. Junto a la Policía Local y la Guardia Civil, también avisó a los vecinos de las casas del inicio de la carretera hacia la Llosa de Camatxo para que estuvieran alerta y preparados para abandonar sus chalés. El alcalde, Sergi Ferrús, explicó que se avisó como medida preventiva, pero no llegaron a realizarse los desalojos.

El viento, un aliado

El incendio se vivió con preocupación en Pedreguer. Los vecinos salieron a la calle y respiraron alivados cuando vieron que no se echaba encima del pueblo, sino que se iba alejando montaña arriba. El viento fue ayer un aliado.

El fuego, según las primeras estimaciones, arrasó entre 15 y 20 hectáreas. El viento soplaba con fuerza a primera hora de la tarde. Luego se calmó y, a media tarde, giró e hizo volver las llamas sobre sobre sus pasos. Ya no avanzaban. El incendio se dio por controlado poco después de las 19 horas.

La rápida intervención de los medios aéreos fue decisiva. Intervinieron cuatro helicópteros y tres aviones. Los bomberos del parque de Dénia y las brigadas forestales también se emplearon a fondo.

La Muntanya Gran no tenía pinos, sino matorrales y monte bajo. Sin embargo, su valor natural y paisajístico era innegable. Además, era la pantalla verde sobre la que se recostaba Pedreguer. Ahora el municipio se proyecta sobre un fondo negro.