El pueblo que proclamó la Tercera República y que puso al rey Juan Carlos I cabeza abajo es más mirado cuando le tocan al patrón, Sant Bonaventura. El PSPV, que está en la oposición (gobierna Compromís en minoría), presentó en el último pleno una moción para eliminar la presencia institucional en las procesiones y los actos religiosos. Seguía la senda abierta por Dénia, Ondara y Gata, cuyos gobiernos locales (en los tres municipios han pactado PSPV y Compromís) han decidido que los concejales que quieran ir a las procesiones lo hagan a título individual y no en representación del ayuntamiento.

Los valencianistas de Pedreguer comulgan con el laicismo, pero con matices. En el pleno, de hecho, presentaron una enmienda. Sostenían que el alcalde sí debe asistir a los actos religiosos de las fiestas de julio y, en especial, a la procesión de Sant Bonaventura.

La moción del PSPV se quedó sobre la mesa. Los socialistas, en un posterior comunicado, afirmaron que el gobierno de Pedreguer se desmarca de lo que sí ha apoyado Compromís en Ondara y Dénia. Y se extrañaban de que el alcalde, Sergi Ferrús, mostrara ahora reticencias y, en cambio, en la presentación de las fiestas eludiera pronunciar el típico «visca Sant Bonaventura».

Compromís ha contestado con otro comunicado. Avanza que en este mandato quieren dejar listo un protocolo que regule la asistencia de los concejales a los actos religiosos de las fiestas patronales. «Pero queríamos estudiarlo con detenimiento» y «evitar la política de gestos vacíos». Afirma que la asistencia del alcalde responde a que es el ayuntamiento el que paga estas fiestas.

El gobierno de Pedreguer tampoco se explica por qué el PSPV apoyó en el pleno que los dos días de fiesta local de este año fueran los de los santos católicos Sant Blai y Sant Bonaventura.