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La Marina

Teulada suspende tres años a un funcionario que llamó a un subordinado «gos mal faener»

El actual gobierno local desiste de las querellas que presentó el exalcalde para destapar al topo que filtraba documentos sensibles y que el juez ha admitido

La guerra que en el pasado mandato libraron el entonces alcalde de Teulada, Antoni Joan Bertomeu, y su antecesor en el cargo y a la sazón vicepresidente del Consell, José Císcar, ambos del PP, ha dejado más damnificados en la tropa de funcionarios que en la de políticos.

Al exdirector de Recursos Humanos, Andrés Lluch, quien ahora tiene una excedencia y ejerce de secretario en Benissa (es afín a Císcar), le ha caído una suspensión de funciones en Teulada de 5 años. La cumplirá cuando pida regresar a su plaza, probablemente en diciembre.

Mientras, al actual secretario de Teulada, Simeón García, denunciado junto a Bertomeu (ambos llegaron a estar imputados) por el sector de Císcar, el Ministerio de Hacienda le ha abierto ahora expediente disciplinario. La denuncia ante el ministerio la presentó Lluch.

Así, mientras que los políticos pactaron una tregua en plan tú a Londres y yo a California (Bertomeu renunció a repetir de alcalde a cambio de ser diputado autonómico del PP y Císcar porfió por presidir la Diputación de Alicante pero tuvo que dejar paso a su delfín César Sánchez), los funcionarios pagan los platos rotos.

Una de las últimas resoluciones firmadas por Bertomeu fue la de suspender al exdirector de Recursos Humanos por coartar el derecho a la huelga de un subordinado al que, además, llamó «gos» y «mal faener». La sanción es de tres años y se acumula a otra de dos por no fichar al ir al trabajo, faltar 22 días y coger vacaciones y días de permiso a su antojo.

Los expedientes disciplinarios se le abrieron en agosto y septiembre del pasado año. En el primero, se indica que en noviembre de 2012 el entonces jefe de Personal llamó a un funcionario para preguntarle si pensaba ir a trabajar el 14-N, día en el que se había convocado una huelga general. El funcionario entendió, como también se ha concluido en el expediente, que se le estaba coartando su derecho constitucional a hacer huelga. Su superior, según el expediente, le espetó «gos» y «mal faener», insultos que le reiteró días después.

Mientras, el juez ha admitido a trámite las querellas presentadas por el gobierno de Bertomeu por denuncia falsa y sustracción de documentos y revelación de secretos. El exalcalde trataba de averiguar qué funcionarios filtraban documentos internos sensibles. Sin embargo, las querellas no harán camino. El actual gobierno (el alcalde es ahora Carlos Linares, también del PP y de la cuerda de Císcar) va a desistir de estas causas.

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